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JOSÉ ANTONIO VEGA | Investigador y autor del libro "Historia de Fábrica de Mieres"

"Fábrica de Mieres fue más importante de lo que la memoria colectiva recuerda"

"Las corporaciones anteriores abandonaron a su suerte todo tipo de documentos históricos sobre el concejo, nadie prestó atención al Archivo"

José Antonio Vega, con su libro. FERNANDO GEIJO

"Historia de Fábrica de Mieres" es el cristalino título del nuevo libro publicado por el investigador local José Antonio Vega. El cuidado trabajo será presentado en la Casa de Cultura "Teodoro Cuesta" este próximo martes. Supone otro referente más dentro de la colección de publicaciones que el autor ha dedicado a la rica historia del municipio. Este nuevo libro es fruto de una minuciosa investigación iniciada hace una década. Vega se ha recorrido numerosos archivos, bibliotecas y hemerotecas, tanto públicas como privadas.

- ¿Cómo ha enfrentado tantos años de investigación?

-Con una gran satisfacción. Casi cada día, durante bastantes años, encontraba algo nuevo. Sentía esa alegría que le da al investigador histórico descubrir algo, pues los documentos, en ocasiones, son como los testigos de un juicio que están ansiosos por declarar.

- ¿Vislumbra un recambio generacional en la forma de contar la historia?

-Personalmente, creo que no hay cantera, que dirían los futboleros, pues casi todos pasamos de los cincuenta años menos un par de excepciones. En este ámbito, se trata de contar una buena historia, una historia menos deformada que la que nos dieron a nosotros por diferentes razones. O en palabras más técnicas, revisionismo histórico.

- ¿Utiliza la llamada documentación oral en sus trabajos?

-Me sirve como una fuente orientadora que me indica donde debo buscar, pues está demostrado que el pasado no cabe, íntegramente, en ninguna memoria, ya que toda memoria es selectiva.

- ¿No se vuelve un poco loco recolectando tantos datos?

-Intento acceder a todo aquello que pueda contener datos o documentación sobre el tema a investigar. El Archivo Municipal de Mieres o el Archivo Histórico de Oviedo, junto a otros a nivel regional, son una muestra de los que he consultado. Me agrada descubrir que, cada vez que los visito, me sorprenden con documentación que desconocía.

- ¿Cuenta Asturias con una buena red de archivos?

-Sí. En este aspecto de custodia y clasificación de documentación, Asturias ha dado un paso de gigante, y, lo que es más importante, contamos con grandes profesionales de la archivería, siendo actualmente un colectivo muy profesionalizado.

- ¿Mieres tiene un buen archivo municipal?

-El archivo, hasta hace medio siglo, era una cosa menor a la que nadie prestaba atención. Es más, las corporaciones anteriores abandonaron a su suerte todo tipo de documentos. Una prueba de esa dejadez fue la decisión de trasladar el archivo municipal a los bajos de la calle Valeriano Miranda, una mudanza hacia un local que incumple las características que la ley exige para este tipo de servicio.

- ¿Se gestiona ahora bien este centro?

-Hoy por hoy, sí. Desde hace unos años la corporación local está implicada en el gran reto de convertir el archivo analógico en uno tecnológico. Esto último, es algo que considero muy necesario, ya que el material físico tiende a deteriorarse y si no se actúa pronto, podemos quedarnos con poca o ninguna documentación.

- ¿Con este libro damos por suficientemente contada la historia de la siderurgia y la minería en Mieres?

-De ninguna manera. La historia industrial y minera es tan amplia, tan extensa en los años y en el tiempo, que para contarla íntegramente haría falta una colección de libros tan grande como el Espasa. Pero me enorgullece pensar que he puesto la primera piedra para que otros puedan seguir profundizando, ya que considero que mi nuevo libro será una fuente documental para que otros beban de ella. Es más, desde aquí los invito a que sigan profundizando en el conocimiento de la principal historia de esta industria.

- ¿Su próximo trabajo?

-Mientras me encuentro inmerso en la labor de promoción de un libro, no pienso más allá, aunque no descarto tomarme un descanso del mundo editorial. Pero hasta que todo esto pase, o sienta la necesidad de recopilar algo, seguiré disfrutando mientras elaboró artículos para este periódico.

-Cuéntenos algo más sobre su libro.

-Estoy satisfecho de haber elaborado un trabajo que puede leerse desde distintos ángulos, tanto como un documento memorialista, de gran densidad emotiva, hasta una heterodoxa acta notarial extendida sobre la historia industrial de Mieres que terminó con la fundación de las dos empresas, Uninsa en la parte siderúrgica y, al poco, Hunosa, que se haría cargo de las explotaciones mineras.

- Ha recogido un buen número de textos y fotografías, algunas de ellas desconocidas hasta ahora. ¿Dónde ha obtenido esos materiales?

-He efectuado una recopilación efectiva gracias a la colaboración de varios vecinos, en especial de Florentino Romero, quien es historia viva de Mieres y un referente para los historiadores locales, aunque no tenga demasiado reconocimiento. Tampoco me cansaré de darle las gracias a Foto Alonso, con quien colaboro desde hace varias publicaciones. Muchas de las imágenes incluidas en el libro pertenecen al archivo fotográfico del propio Alonso, conservado con mimo y profesionalidad por sus hijas que continúan con su legado.

- ¿Hasta que punto Fábrica de Mieres marca la historia del concejo?

-Fue mucho más importante de lo que la memoria colectiva recuerda. Hay cosas que han quedado rápido en el olvido. Actualmente, se tiende a pensar que existe cierta leyenda sobre Fábrica de Mieres y ahí es donde los historiadores debemos construir nuestro relato, no desde la ficción, sino a través de las fuentes documentales. Fábrica de Mieres fue un gigante industrial.

- ¿Tiene Mieres buenos historiadores?

-Por supuesto. Sobra decir que, afortunadamente, hay mucha producción histórica local y de gran calidad. Pero ha de permitirme que no me arriesgue a citar a nadie, ya que presumo de conocer a la inmensa mayoría y de tener un trato excelente con todos y no me gustaría dejarme a alguno en el tintero.

- Se dice que por su forma de contar las cosas es usted bastante neutro.

-Eso es lo que procuro. Como es lógico, uno tiene sus experiencias personales e inclinaciones, pero a mi juicio, el historiador debe de ser un cronista mudo, en cuanto a sus opiniones. No se puede ser arbitrario, ni caprichoso o ficticio, ya que todo debe estar justificado, apoyado y contrastado por las pruebas y evidencias que el pasado ha dejado. Un relato será más verdadero cuanto mayor número de pruebas verificables haya disponibles y cuantos más historiadores tengan acceso a ellas para estudiarlas e interpretarlas.

- ¿Qué es lo que se precisa para realizar un trabajo de esta dimensión?

-A veces pienso que así como el carpintero necesita de la madera para realizar su trabajo, el historiador necesita de las fuentes históricas a modo de materia prima para construir ese conocimiento. Estas fuentes se encuentran depositadas en diferentes sitios y formatos, como el papel, las fotografías y la cartografía, por citar algunos ejemplos.

- ¿Has intentado ponerte en contacto con los descendientes de Numa Guilhou?

-En ningún momento. Soy conocedor de que recientemente estuvieron en Mieres, con motivo de la recuperación, por parte de la Asociación Cultural Santa Bárbara, del cementerio familiar. Entiendo que ese vínculo con nuestro concejo sigue vivo a través de la Asociación Cultural Norte Joven Mieres, que ayuda a formar y atender a jóvenes en riesgo de exclusión social, mediante la formación en un oficio que les facilite su acceso al mundo laboral. Por cierto, dicha asociación se constituyó en 1995, siendo socios fundadores, con espíritu de voluntariado social, miembros de las familias Guilhou, Loring, Campo y Armada, todas ellas muy ligadas al pasado de Mieres y de la Fábrica.

- Cuenta en su libro que hubo personas que auguraron lo que iba a suceder en la comarca tras la marcha de Fábrica de Mieres.

-Claro que sí. Hace más de medio siglo muchos de ellos intuyeron que la marcha y desaparición de la empresa más puntera traería las consecuencias que todos conocemos. Pero aún diría más, estos visionarios intentaron hacer algo por Mieres y para ello crearon la Junta de Iniciativas Locales, donde propusieron una serie de actuaciones. Algunas de ellas nunca se ejecutaron y las que se realizaron fueron llevadas fuera del concejo, mientras que otras se ejecutaron recientemente. Una de estas iniciativas, por poner simplemente un ejemplo, fue el Museo de la Minería, que desgraciadamente para los mierense, alguien se apropió de la idea para llevarlo a El Entrego.

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