El grupo municipal de Somos Mieres expresó ayer su rechazó a la posibilidad de que la central térmica de La Pereda pueda acabar quemando basuras como consecuencia de la puesta en marcha del nuevo plan de residuos del Principado. El partido, al igual que ha hecho IU de Mieres, ha presentado alegaciones al proyecto regional y da cuenta de las graves consecuencias para la salud y el medio ambiente que podría conllevar.

"Estamos muy preocupados con la posibilidad de que la inactividad que ha tenido el PSOE en su demencial apuesta por la incineradora la acaben pagando los vecinos de Mieres, después de más de una década de parálisis, ahora nos vemos con el agua al cuello para cumplir con la normativa comunitaria", señala la portavoz de Somos Mieres, Patricia García Moro. La concejala señaló que los combustibles sólidos recuperados "tienen efectos sobre el medio ambiente y la salud de las personas, emiten a la atmósfera agentes cancerígenos como las dioxinas y los furanos, y, para colmo, no existe la posibilidad técnica a día de hoy de poder controlarlos con medidores en continuo y tampoco se pueden detectar los picos que se puedan producir, ya que su control se basa, según la normativa comunitaria en campañas de control cada tres meses".

La formación morada también quiso mostrar su apoyo a los colectivos vecinales del norte de Mieres que el viernes se concentraron ante la térmica.