Iberdrola ha abierto ya un proceso de recolocación voluntario y abierto para la gran mayoría de los 90 trabajadores de la planta térmica de Lada que pretende clausurar. Este mecanismo está cerrado, no obstante, para aquellos que ocupen un puesto laboral que la eléctrica considere que es clave para el funcionamiento de la central langreana cuya vida agoniza. La pretensión de la compañía es la de mantener esta instalación funcionando hasta el año 2020 y a partir de ese momento comenzar con las tareas de desmantelamiento y la adecuación de los miles de metros cuadrados que habita desde hace casi 70 años la térmica. En ese momento, las recolocaciones dejarán de ser voluntarias para ser forzosas.

En la práctica, este proceso de recolocaciones voluntarias supone que los empleados que quieran pueden solicitar desde ya a la compañía el destino que más les interese dentro de los centros productivos que la eléctrica tiene repartidos por España y por el mundo. Puede ser a otra central de ciclo combinado, de gas, a oficinas comerciales o un parque eólico. Lógicamente, luego será la eléctrica la que decida si acepta el traslado o lo rechaza.

Cabe recordar que Iberdrola, además de Lada, cuenta con muy poca actividad dentro del territorio asturiano. Solo tiene una pequeña oficina comercial en el Parque Tecnológico de Llanera y dos parques de energía eólica en el occidente donde, según pusieron de relieve fuentes sindicales, se necesita muy poco personal y la plantilla allí ya está cubierta.

Por lo que todo hace indicar que los 90 trabajadores del grupo, a los que la compañía les ha prometido buscar un nuevo acomodo laboral, tendrán que salir de Asturias para poder seguir vinculados a Iberdrola. Fuentes de la compañía se limitaron a decir que este proceso de recolocaciones se realizará de forma similar al que se ha llevado a cabo en otras plantas térmicas del grupo que se han venido cerrando durante los últimos años.

La pega, denuncia la plantilla langreana, es que en la mayoría de esos casos Iberdrola sí que tenía otros importantes centros de trabajo cerca. No como ahora, donde la mayoría de los empleados tendrá que hacer la maleta y emigrar. No obstante, la oferta de recolocaciones está teniendo poco eco por el momento. Solamente una persona ha solicitado el traslado, según apuntaron fuentes sindicales. El trabajador ha conseguido ser recolocado en la citada oficina comercial que la eléctrica tiene en Llanera a escasos kilómetros de Lada.

"Lo que nos han dicho es que si queremos cambiar ya de centro de trabajo tenemos las puertas de la oficina de recursos humanos abierta de par en par", explica un sindicalista. "Incluso que podemos ir personalmente a Madrid a negociar el traslado", añade. No obstante, el objetivo de las centrales sindicales es el de evitar que la térmica eche el cierre y tienen todas sus esperanzas puestas en que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, pare los planes de la compañía ya que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, no quiere dar su brazo a torcer.

La oferta de la compañía es la de recolocar, cuando el cierre sea ya inevitable, a la mitad de los trabajadores que tiene en nómina, unos 45. Ya que el resto serán necesarios para poder llevar a cabo las tareas necesarias para cerrar la planta eléctrica de Lada. Cuando acaben con ese tajo serán recolocados.

En el transcurso de las negociaciones los sindicatos también tienen esperanzas de poder arrancar a la dirección de la compañía algún tipo plan de prejubilaciones para los empleados más envejecidos de la plantilla y que estén más próximos a los 65 años.

Los que tienen un futuro más negro son los trabajadores de las subcontratas. Unos sesenta fijos y otros tantos temporales, según algunas cuentas. Para ellos no hay ninguna promesa de recolocación con lo que es muy probable que acaben en la cola del servicio público de empleo cuando todo esto acabe. De hecho, los sindicatos han denunciado que algunas de las auxiliares ya están desprendiéndose de parte de sus temporales ante la expectativa de una caída de la carga de trabajo durante los próximos meses.