Juan Pruneda, el langreano cuya operación de aneurisma se canceló por falta de anestesistas tras siete meses de espera, ha sido intervenido con éxito en el Hospital Central de Asturias (HUCA). La familia agradeció ayer la atención de todo el personal sanitario, especialmente del neurocirujano Julio Gutiérrez: "La espera fue larga, pero ahora estamos muy felices y deseando que se recupere del todo para volver a casa", afirmó María José Pruneda, hija de Juan.

Juan Pruneda acudió a LA NUEVA ESPAÑA el día 5 de este mes. Quería denunciar su angustiosa situación: "Estoy desesperado, tengo miedo de lo que pueda pasar", explicó. Su dolencia, un aneurisma, era una bomba de relojería. De hecho, su hermano había muerto de la misma patología hace unos años. En abril, los médicos le habían confirmado que tendría que pasar por quirófano. El 28 de noviembre ingresó para someterse a la intervención pero, ya en la habitación, le informaron de que su operación había sido suspendida por falta de anestesistas.

"Se trata de una operación bastante compleja como para que encima te digan que te vayas a casa a las puertas del quirófano", lamentó entonces el langreano, trabajador de la construcción de 59 años. El esperado momento llegó el miércoles. Ese día, su familia le acompañó de nuevo al HUCA. Y no hubo desagradables sorpresas.

"Todo ha salido bien, el equipo médico nos ha dicho que está bien y que se levantará ya pronto", afirmó la hija de Pruneda. El hombre estaba un poco desorientado al llegar a planta, tras un día en la unidad de cuidados intensivos (uci). "Todo está dentro de la normalidad, forma parte del postoperatorio en este tipo de intervenciones, nos han dicho los médicos", afirmó María José Pruneda.