Los trabajadores de la central térmica de Lada se agarran al aplazamiento del fin de las ayudas a las centrales térmicas que queman carbón, adoptada por los Ministros de Energía y Cambio Climático de la Unión Europea (UE), para reclamar a Iberdrola que reconsidere su decisión de cerrar las instalaciones langreanas. La medida, reconoció José Manuel Vallina, portavoz de UGT, genera "expectativas" y podría suponer un "balón de oxígeno" ya que los plazos establecidos para recibir los denominados pagos por capacidad -las ayudas extra que reciben las térmicas por estar disponibles y dar respaldo a las renovables- se alargan. Estaba previsto que concluyesen en 2020 pero ahora se aplazan al menos hasta 2025, con posibilidades de llegar a 2030 si se reducen las emisiones.

"A ver qué justificación tiene ahora el presidente de Iberdrola para seguir manteniendo el cierre de la térmica", indicó José Manuel Vallina, tras la asamblea de los trabajadores celebrada ayer en la planta de Lada. La multinacional realizó en los últimos años inversiones en la térmica langreana para garantizar la supervivencia de esta instalación hasta por lo menos 2030.

"No valoramos otro escenario que no sea que la térmica continúe en funcionamiento ya que se realizaron inversiones para adaptarla medioambientalmente y para sustituir equipos vitales para la instalación", indicaron los empleados. Por eso, han recibido con tibieza el ofrecimiento de la empresa al Ayuntamiento de Langreo para "buscar soluciones conjuntas que permitan la atracción de empleo y la mejora en el tejido productivo de la zona" tras el cierre de la térmica. "No nos fiamos hasta que no se concrete", indicó el portavoz de UGT, que hizo hincapié en que "si Iberdrola tuviese pensado impulsar alguna iniciativa como alternativa al cierre ya nos lo hubiese dicho". Los trabajadores no han tenido ninguna noticia hasta el momento sobre la existencia de algún otro proyecto. "Queremos que se cuantifique y que se explique qué se va a hacer, cómo se pretende hacer y que se garantice el empleo de todos los trabajadores de la instalación", dijo Vallina. La multinacional les trasladó a los empleados fijos (más de 90) que serán recolocados en otros centros productivos del grupo aunque no ocurrirá lo mismo con los trabajadores de las subcontratas.

Todo depende ahora, señalaron los empleados, de la "voluntad de la dirección" y del Ministerio de Energía, que "tiene la última palabra". El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, aseguró ayer, tras la reunión del Consejo de Ministros, que el Gobierno regional "seguirá utilizando" todos los instrumentos a su alcance para evitar el cierre de las centrales térmicas. Recalcó su postura "firme" contra la clausura de la instalación de Lada y la "trascendencia negativa que tendría para la actividad económica y para los precios de la energía eléctrica", dijo.

UGT y CC OO impulsarán una recogida de firmas contra el cierre de la planta, que serán entregadas al ministro de Energía, Álvaro Nadal, y al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. También preparan una movilización ante el Ministerio de Industria a mediados de enero.