Irene García se esfuerza mucho en dibujar la osita que decorará una de las caras de su sonajero-tambor. Ese juguete es muy importante para ella porque, en unos días, viajará hasta Turquía. Allí lo esperan un grupo de refugiados sirios que no ha recibido juguetes por Navidad: "No me importa que sea para un niño o una niña, sólo espero que le haga un poco feliz".

Una reflexión tan clara que asusta. Y la hace esta niña langreana de diez años, participante en el taller que organiza la asociación "Alendar" -en colaboración con el colectivo Pro Inmigrantes "Intervalo"- en el Salón de Navidad. Consiste en la elaboración de juguetes artesanales, hechos con materiales reciclados, para enviar a los pequeños sirios que se han quedado incluso fuera de los campos de acogida en Turquía. Para todos los que, por muchas cartas que escriban, no reciben visita de Santa Claus. "Estamos asombradas por la aceptación que está teniendo el taller", afirmó Raquel Marín, de "Alendar". Esperan elaborar más de 200 sonajeros, que se enviarán el 22 de enero.

Jimena Ruiz, Ainara Membrilla y Claudia Argüelles están sentadas en la mesa del taller. La primera está decorando su sonajero y pensando el mensaje que escribirá en la cartulina. "No sé lo que me gustaría que me dijeran a mí en esta situación", afirma. Aunque no tienen un amplio conocimiento de la situación en Siria, sí saben que es "un país en guerra del que las personas se tienen que marchar".

¿Qué le dirías a alguien que acaba de perderlo casi todo para salvar su vida? Explica Raquel Marín que, en los últimos días, se ha asombrado mucho con las palabras de los más pequeños. Como con el niño de 9 años que, el martes, escribió con letra temblorosa en su tambor: "Hola amigo, espero que pronto vuelvas a casa". Y también le marcó otro mensaje, sobre cartulina rosa, rotulado en un tambor que ya está listo para el envío: "No será fácil, pero tienes que luchar por tus sueños".

Que los mensajes lleguen claros a sus destinatarios es tarea de la asociación "Intervalo". La entidad ha puesto a disposición de "Alendar" a un traductor, Ali Qessou, que se dedica a escribir en árabe las palabras de los pequeños. "Es un trabajo bonito", afirmó Qessou ayer, con una sonrisa a pesar de la cola de pequeños que esperaban por su labor. El traductor de "Intervalo" tiene una posición clara sobre los refugiados: "Deberían dejarlos entrar ya en Europa, ellos no pueden estar en su país porque hay guerra pero no tienen la culpa de nada de lo que está ocurriendo". "La gente de paz debería de tener la puerta abierta", añadió Nouressaid, también de "Intervalo" y dedicado en el Salón de Navidad a servir té a los participantes en los talleres. Tanto él como Ali Qessou no dudaron en echar una mano a "Alendar": "Todos los niños tienen que recibir un regalo de Navidad".

Eso lo tiene claro Nayara Rodríguez, de 11 años. Sabe del conflicto sirio lo que le han dicho en clase: "Se están quedando sin nada. No pueden estar en su país e intentan salir de allí y venir a Europa". Se esforzó mucho en su mensaje: "Paz y felicidad para ti y para los tuyos". También hicieron tambores, a primera hora de la tarde, Thalía Martínez y Dunia Bouzidi. La primera hizo dos juguetes: uno para ella y otro para "los niños que no tienen nada". La segunda hizo uno que, sin dudar, regalará a través de "Alendar".

Turquía es uno de los principales destinos para los refugiados. A principios de este año, el país cifraba en más de 3,5 millones el número de personas sirias. Las organizaciones humanitarias han demandado en múltiples ocasiones ayuda para el traslado de refugiados, que se encuentran en una suerte de "limbo" en Turquía. "Nosotros queremos ayudar a los que más lo necesitan, a los que no tienen nada", afirmó Raquel Marín. Los juguetes viajarán en dos palés, con comida y productos de primera necesidad.

Irene García entrega su sonajero para traducir el mensaje, pero lo retira un momento. Quiere ponerle nombre a la osita: la llamará Esperanza.