Raúl López siempre está sonriente al otro lado del mostrador de la carnicería Santa Cristina, en Pola de Lena. Es una seña del negocio, igual que la carne que vende: de terneros criados, desde que nacen, en un cebadero de Campomanes. Pero una sentencia está a punto de terminar con los dos elementos diferenciadores de este negocio, abierto hace ya treinta años. El Administrador de Infraestructuras (Adif), a través de una orden judicial, ocupará desde el lunes los terrenos del criadero por las obras de la variante ferroviaria de Pajares. El Adif pagará 8.000 euros por la expropiación de los terrenos (500 metros cuadrados), pero Raúl López perderá -sólo contando con el sacrificio de los nueve terneros que están ahora en el criadero- más de 13.000 euros. Además, se queda sin alternativa para instalar un nuevo cebadero: "Nos lo están quitando todo, son como una apisonadora".

El empresario recibió el aviso de expropiación del terreno del cebadero hace ya unos meses. No era la primera carta del Adif que le entregaban: "Llevan expropiando terrenos desde 2006, ya no nos coge de susto", explica Raúl López, con el tono agotado. A él le han dejado prácticamente sin ninguna de las parcelas que tenía en el entorno de Campomanes. Según su versión, el Administrador de Infraestructuras ha ocupado en la última década más de veinte hectáreas de su propiedad.

Y a un precio módico. El Administrador de Infraestructuras paga en torno a dos euros por metro cuadrado en la compra de terrenos. Los alquileres son aún más económicos: la entidad, dependiente del Ministerio de Fomento, ofertó a un vecino 2,40 euros al mes por mil metros cuadrados de terreno. Aquel caso terminó en el Jurado de Expropiación del Principado de Asturias (conocido como "justiprecio"), que exigió cuadruplicar la oferta inicial del Adif.

No fue el precio lo que espantó a Raúl López cuando el Adif le anunció la expropiación de su cebadero. "No me lo podía creer. No entiendo que no miren ni siquiera lo que hay en una finca antes de ocuparla", clama. Lo primero que hizo fue negarse, a través de la vía administrativa. Pero el caso terminó en los juzgados y, finalmente, con una sentencia a favor del Adif: "Nos aplastan entre todos, yo creo que hay mucha permisividad con las entidades públicas para que hagan siempre lo que quieren", señala.

Si el Adif va a por su objetivo, las pérdidas para Raúl López serán "incalculables". En ese cebadero lleva treinta años criando los xatos que dan la carne que vende en su negocio: "Es también una cuestión de imagen para mi negocio lo que está a juego". Cría más de medio centenar de terneros al año. Actualmente, tiene nueve que aún no han crecido lo suficiente para su sacrificio. "Pero los voy a tener que llevar al matadero, porque las normas de sanidad me impiden llevarlos a ningún otro sitio". Cada ternero llegaría a tener un valor de 1.500 euros.

Las pérdidas económicas, aunque cuantiosas, son las que menos duelen a Raúl. "Lo que me preocupa de verdad es saber dónde voy a trasladar mi cebadero, que es un puntal fundamental para mi medio de vida", señala. Mira su entorno, en Campomanes, ocupado por las obras de la Variante: "Pasan por delante de quien haga falta, no los para nadie", lamenta.