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El futuro de la actividad extractiva

El último año de las minas de carbón

La UE obliga a las explotaciones que quieran seguir activas tras el 31 de diciembre a devolver las ayudas recibidas, lo que aboca a la desaparición del sector

Un trabajador del pozo Nicolasa, en Mieres. J. R. SILVEIRA

El carbón nacional afronta el año clave para su futuro. Con la normativa actual de la Unión Europea, el próximo 31 de diciembre las explotaciones mineras españolas deberán echar el cierre. Se trata de una fecha que se ha ido acercando de forma inexorable desde que en el año 2010 se firmó el decreto 787, que obliga a las empresas rentables que quieran seguir con su actividad a devolver las ayudas al carbón recibidas. La medida hace prácticamente inviable que se pueda seguir extrayendo mineral. Durante los últimos siete años, los problemas del sector han sido constantes, se han cobrado muchos puestos de trabajo y han enterrado compañías centenarias como la Hullera Vasco Leonesa. Los tres últimos pozos de Hunosa -Carrio (Laviana), Nicolasa (Mieres) y Santiago (Aller)- también tienen su fecha de cierre programada para finales del año que acaba de comenzar.

A pesar del negro panorama, los sindicatos quieren seguir dando batalla. El presidente del SOMA-UGT, José Luis Alperi, y el secretario general de CC OO de Industria en Asturias, Damián Manzano, explican las claves de los próximos 365 días para el sector. Alperi ve tres puntos esenciales para lograr la supervivencia del carbón. Por una parte, "la voluntad política, además de fuerza social, y colectiva para afrontar la continuidad del mineral nacional a partir del 1 de enero de 2019". "Si políticamente se pretende mirar más hacia el pasado que hacia el futuro, flaco favor se estará haciendo al sector del carbón nacional y a las comarcas mineras", asegura. Para Alperi, es fundamental un "pacto de Estado por la Energía, que reconozca al carbón nacional su consideración de reserva estratégica y de garantía de suministro". Mirando hacia el futuro, Alperi ve clave el "desarrollo de tecnologías de almacenamiento y captura de dióxido de carbono, que nos permita cumplir con los compromisos adquiridos de reducción de emisiones".

"Nuestro objetivo primordial para este año 2018 es reunir la voluntad política de los gobiernos nacionales y regionales para que el sector minero nacional pueda afrontar su continuidad a partir del 1 de enero de 2019", afirmó Alperi. El líder del SOMA llama a la unidad, esa de la que siempre han hecho gala los mineros, para desbloquear la situación: "Hay que buscar un frente común para que se pueda negociar con la UE la continuidad de las explotaciones mineras más allá del 2018, a la vez que es necesario conocer lo que el Gobierno del PP ha enviado a la UE en lo concerniente al plan de cierre de toda la minería, a espaldas de los sindicatos y la patronal".

Alperi cree que la continuidad del sector pasa por "no devolver las ayudas, tal y como ha ocurrido con otros sectores". Una medida que debe de ir "acompañada con el hecho de que el carbón autóctono tenga la presencia que le corresponde en un mix generación eléctrica diversificado".

La estrategia también pasa por un pacto de Estado por la Energía: "Viendo las decisiones de las empresas eléctricas, que son quienes realmente están haciendo la planificación energética de nuestro país, consideramos más necesario que nunca un Pacto de Estado por la Energía, que no esté supeditado a las decisiones cambiantes de los distintos gobiernos de turno, y que permita reconocer al carbón nacional su consideración de reserva estratégica y de garantía de suministro". Este pacto, además, permitiría "avanzar con seguridad en la transición ecológica energética marcada por la UE, implementando tecnologías de almacenamiento y captura de dióxido de carbono, que nos permita cumplir con los compromisos adquiridos de reducción de emisiones".

El líder del SOMA entiende que "el futuro del carbón autóctono aún sigue dependiendo de la fuerza social, política y colectiva que logremos aunar, de la capacidad de enfrentarnos a los enemigos del carbón autóctono, que no del carbón de importación, de los que intentan imponer su ideología liberal, ecologista o simplemente su interés económico".

José Luis Alperi finalizó vaticinando que "el 2018 será un año difícil, que afrontaremos desde una posición negociadora y combativa en defensa del carbón nacional , como siempre hemos hecho desde el SOMA".

Por otra parte, el secretario general de CC OO de Industria en Asturias, Damián Manzano, expuso que "a algunos en 2010 les parecía lejana esta fecha de 2018, pero ya estamos ahí". "Lo que planteamos, y ya lo hicimos en mayo de 2015 con un acuerdo en defensa de la minería, es una intervención urgente en todos los frentes", valoró el responsable sindical, que alerta de que el tiempo no es mucho.

La medida que impone la UE de tener que devolver las ayudas es fatal para el sector. "No sería lógico que habiendo en estos momentos empresas que podrían mantener la actividad, Europa lleve a la destrucción de estos puestos de trabajo y a un sector a la desaparición", indicó Manzano. Por ello, el responsable de CC OO de Industria exige un "frente claro y amplio". Pero con matices. "Tiene que ser un foro en el que se deje de hacer una utilización política y demagógica del sector del carbón para intereses partidistas por parte de todos los partidos; debe haber una defensa de un sector que está demostrado que es estratégicamente necesario como garantía de suministro y estabilizador de los precios" de la energía. Además, particularmente en Asturias, apuntó Manzano, "no nos podemos permitir el lujo de perder puestos de trabajo y perder comarcas enteras como el Suroccidente o las comarcas centrales".

El objetivo es claro, y hay que dar batalla en Europa. "Estas demandas tienen que llevarse a Bruselas, que es donde se deciden estos asuntos, pero hay que hacerlo desde la administración central, desde el resto de administraciones, y desde el conjunto de partidos que tienen presencia en el ámbito de la UE, pero la realidad es que parece que los tiros van por otro lado", indicó Manzano, haciendo referencia a la votación en el Parlamento español sobre el adelanto a 2020 del cierre de las térmicas de carbón previsto para 2030.

El responsable de CC OO de Industria en Asturias señaló que "nosotros vamos a seguir peleando como lo llevamos haciendo desde 2010, tratando de buscar aliados en la Unión Europea, porque creemos que hay países que pueden estar en la misma línea". No serán los únicos apoyos que se busquen: "lo vamos a hacer también con las administraciones regionales, con la administración central y va a ser una de las cuestiones que tenemos que desarrollar durante este año, pero siempre alejándonos de cualquier manipulación política, porque nosotros no dependemos de nadie".

Entre las prioridades, para Manzano es primordial "buscar mecanismos que permitan el mantenimiento de la actividad de las explotaciones que en estos momentos puedan continuar con ellas sobre dos pilares fundamentales: el mantenimiento del empleo y la pervivencia de la actividad minera vinculada a una garantía de suministro".

También entiende el responsable de CC OO de Industria en Asturias que las tecnologías de quema limpia del carbón deben de instalarse en todas las térmicas para que puedan seguir funcionando cumpliendo los objetivos de reducción de emisiones. "Ahora mismo la apuesta empresarial es la del gas, como se ha podido ver en Iberdrola, cuando con la quema limpia del carbón las emisiones serían menores que con la del gas", explica Manzano, que alerta de que "la competencia ahora mismo del carbón nacional no es tanto el de importación, sino el que se cumpla que la quema del mineral autóctono se haga en los términos establecidos en el Plan del Carbón".

Manzano, además, se mostró escéptico sobre un pacto de Estado por la Energía: "Llevamos años escuchando hablar de ese pacto, igual que el de la educación o el de violencia de género, sin que se concrete nada". Lo importante, afirma, "es que ese pacto llegue cuando todavía haya sector".

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