Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo se encargará de testar los resultados que arrojen las pruebas a las que será sometido el primer tren de viajeros de mundo impulsado con gas natural licuado, un proyecto dotado con 1,4 millones y que tiene su centro de operaciones en Mieres. Entre sus funciones también estará la de estudiar cómo se pueden reducir los costes de este sistema de transporte, tanto ambientales como económicos. El grupo de expertos evaluará las mejoras ecológicas y de eficiencia, analizando los datos que se recogerán durante los próximos cuatro meses, periodo en el que la locomotora de Renfe hará unos 15.000 kilómetros entre Figaredo y Trubia. Además, desarrollarán un simulador informático del funcionamiento del tren, para poder hacer estimaciones sobre sus prestaciones, su consumo y sus emisiones contaminantes.

La propia Universidad de Oviedo ha explicado que el objetivo es valorar la reducción de la contaminación medioambiental. Así, los investigadores podrán chequear los resultados de las pruebas y confirmar que se han alcanzado los resultados que arrojan las previsiones teóricas que son, a grandes rasgos, reducir el dióxido de carbono entre un 20 y un 30 por ciento y los óxidos nitrosos entre un 60 y un 80, así como hacer desaparecer casi por completo los óxidos de azufre y las partículas en sus pensión. De momento, las primeras pruebas, según explicó el pasado lunes en Mieres el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ya han contrastado una reducción del ruido y vibraciones de un 30 por ciento.

La Universidad también pretende sacar conclusiones sobre la mejora prevista en los costes operativos ligados al nuevo motor, por el combustible y el mantenimiento, frente al uso de motores diésel en líneas de ferrocarril no electrificada. La longitud total de líneas en España supera los 12.000 kilómetros, de los cuales están electrificados alrededor de 6.800.

Al margen del seguimiento de lo datos recogidos sobre el terreno, en este caso sobre las vías, el equipo de investigadores elaborará un "modelo inteligente del automotor, con técnicas de ciencia de datos, a partir de las mediciones realizadas durante las pruebas". Este modelo inteligente o "tren virtual" es un simulador informático del funcionamiento del tren, sus prestaciones, su consumo y sus emisiones. "Con él se puede estimar la mejora ambiental y el ahorro económico que se obtendrán en el futuro, cuando el uso de este nuevo combustible se extienda a todo el territorio nacional", señalaron los portavoces universitarios.

Este equipo de trabajo de carácter multidisciplinar está dirigido por Luciano Sánchez, catedrático del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial. Está integrado además por Daniel Álvarez, profesor de Ingeniería e Infraestructura de los Transporte; Inés Couso, profesora de Estadística e Investigación Operativa; Fernando Díez, catedrático de Ingeniería Química; Pablo Luque, profesor de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes; y José Otero, profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos.