Si la tolerancia tuviera letra, ¿qué canción sería la inmigración? Es la pregunta con la que se encontraron los alumnos del IES La Quintana de Sama a principios de curso, como parte del proyecto "En mi canción favorita, la letra sin sangre entra" -coordinado por la Asociación Pro Inmigrantes "Intervalo" con la colaboración de los docentes, representados ayer por Tomás Aramburu-. Cada estudiante tuvo que elegir y analizar una canción que representara lo que piensan o lo que otros piensan sobre la población extranjera en España. También las actitudes que ellos quieren erradicar de la sociedad. Desde "Dark la Eme" hasta Antonio Molina, dieciséis chavales acudieron ayer al Ayuntamiento de Langreo para presentarle al alcalde, Jesús Sánchez, su trabajo. Expresaron su tolerancia y aceptaron el consejo de Benjamín Braga, presidente de "Intervalo": "No seáis tontos como los adultos, apostad siempre por la tolerancia".

Los emigrantes españoles no siempre viajaron en vuelos low-cost y con "smartphone" de última generación. Hubo otra época, en la que la aventura empezaba con un largo viaje en barco. Como ese viaje que hizo Pepe, tío abuelo de María Cuesta. La alumna del IES La Quintana escogió el tema "Asturiano en Madrid" de "Dark la Eme". "Refleja la realidad de los que aún hoy tienen que abandonar su tierra para trabajar, algo que también nos puede pasar a nosotros", explicó. Y esas historias, como pasó con su tío Pepe, no siempre tienen final feliz: "Estuvo allí cincuenta años, hasta que un día le atacaron en Chiapas y quiso quiso volver a Asturias. Tuvo que vender todo lo que tenía para venir, regresó sin nada".

Una de tantas historias de cuando los inmigrantes tenían acento español. Choca a los alumnos de La Quintana que, con ese pasado, ahora España permita la distribución de canciones como la que presentó Edén Prada: "Siempre quedan retrasados que les dan la bienvenida/ siempre habrá asociaciones para darles acogida/ sacarán de tus impuestos sus prestaciones sociales/ llega una horda de yonkis parásitos y criminales". Es una canción de Dramatic Battle , afirmó el alumno con rotundidad, "es atroz". "Critican el acto de acoger a los inmigrantes, algo que no deberían hacer ya que todos tenemos los mismos derechos a una vida digna", señaló el alumno.

Los jóvenes, alumnos de 1.º de Bachillerato, denunciaron los prejuicios contra los inmigrantes. "Como cuando la gente anda más rápido por la calle si ve a una persona extranjera detrás". Para Alejandro Antolín, "el país muta cuando hay gente que piensa de esta forma denigrante, racista y xenófoba. Nadie es un extraño ni una plaga por intentar nacer en un lugar diferente al que nació". Y Yoli del Toro hizo una exposición que dejó a más de uno con la boca abierta: "Muchos de los españoles que hay hoy en España huyeron de su país arriesgando su vida. No es algo que deba parecernos extraño. Si a vosotros os ofrecen un puesto de trabajo mejor que el que tenéis en España, con una calidad de vida superior, ¿acaso no iríais?".

Emoción

En el salón de plenos hubo un murmullo de aprobación. Si hubo un momento emocionante fue cuando Claudia Jazmine, alumna nacida en Colombia, puso sobre la mesa su canción y su punto de vista. Eligió la letra "Tierra prometida", de Nach: "El temor de ver que todos tienden su mano, miedo a mi piel, miedo a mi ser y a mis costumbres./ Ver que rezo en otra lengua, les irrita y les confunde/ ¿Hasta cuándo esta marginación?". La joven explicó que, "cuando sales de tu país arriesgándote, encuentras apoyo en algunas personas, pero también encontrarás quienes te juzguen y reprochen el lugar del que vienes. Las personas valemos por lo que aportamos a la sociedad, y no por nuestro lugar de procedencia".

Los chavales llevan varios cursos trabajando con "Intervalo" en la lucha por la integración y contra el racismo. "Lo que habéis hecho hoy ha sido un gesto muy grande, aunque aún no lo veáis. Así se cambia el mundo", les animó el Alcalde. También estuvieron presentes la edil de Policía Local, Paula Díaz, y el concejal socialista Francisco Torre. En el salón de plenos, en el que tantos días hay discrepancia, ayer todos salieron con la misma convicción: es posible un mundo mejor. Todo gracias a unos chavales. Como Marcos Sampedro, 16 años de buena fe: "Yo creo que el racismo es el peor invento del mundo".