Si aún queda un hilo de vida, Mieres Tubos quiere aferrarse a él. Con el concurso de acreedores ya avanzado, se ha abierto una nueva posibilidad para que la antigua Perfrisa pueda sobrevivir a casi tres años de inactividad. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, la propiedad de la planta ubicada en Sueros está manteniendo conversaciones con un posible inversor asiático, concretamente de China, que habría mostrado interés en hacerse con la factoría. Una posibilidad que de fructificar salvaría una factoría cuyos trabajadores siguen creyendo en su viabilidad.
El administrador concursal, Juan José Camporro, está ultimando la "resolución de los incidentes del informe preliminar" del concurso. Una vez superados los escollos y cuando se obtenga el visto bueno del juez, se finalizará la fase común, y los propietarios deberán o bien proponer un convenio a sus acreedores o bien optar por la liquidación de la compañía. Sin embargo, todo este farragoso proceso podría evitarse de fructificar las conversaciones con los inversores chinos.
Lo cierto es que hasta la fecha, todos los posibles compradores que han llegado para la planta no han logrado un acuerdo para hacerse con ella. El último en estar cerca de cerrar un trato fue el grupo italiano Amenduni. Mostraron interés en la fábrica el pasado febrero, y desde entonces comenzaron a negociar con la propiedad y con el propio administrador concursal para intentar un acuerdo. De hecho, la última propuesta fue enviada por los propios transalpinos, que solicitaban un alquiler durante un año de la factoría con opción a compra, algo que les fue concedido. El varapalo llegó en noviembre, cuando de forma sorpresiva, los responsables de Amenduni descartaban la operación. Los motivos fueron una serie de "cuestiones técnicas", ya que según el grupo italiano, la planta no encajaba en sus planes productivos. Antes, se habían producido otras dos tentativas firmes por Mieres Tubos. Primero fue el empresario moscón Juan Antonio Fernández Coalla, a mediados de 2016. A continuación llegaba la propuesta del grupo granadino IPL. Ambas se truncaron.
Con una deuda estimada de cuatro millones y medio de euros, la situación de Mieres Tubos es extrema. De hecho, la plantilla, que ha venido acumulando expedientes de regulación temporal de empleo año tras año, ha visto como la última propuesta del administrador pasa por un expediente de extinción de empleo, en fase de negociación, para la totalidad de la plantilla.
