En una época en la que las comarcas mineras están sufriendo un fuerte declive industrial, los sectores primario y terciario, esto es, la agricultura y los servicios, incluyendo el turismo, se están convirtiendo en la salida hacia un futuro digno. Y sin olvidarse de la necesidad de implantar nuevas empresas y factorías, el Ayuntamiento de Morcín quiere ser guardián de sus tradiciones. Por ello, afrontar dos proyectos para que sus productos más representativos, los nabos y el queso de afuelga'l pitu, sean una referencia absoluta y un polo de atracción de actividad.
Lo dejaba caer Mino García, el alcalde morciniego, el pasado sábado en La Foz, cuando asistía a la gran fiesta de la Cofradía de Amigos de los Nabos. "Tenemos que agradecer ese trabajo que hacen, y no solo apoyarlos moral e institucionalmente, sino que tenemos que ver de que forma podemos hacerlo también económicamente", decía el regidor. Y ese "económicamente" no necesariamente pasa por aportar dinero contante y sonante, sino que el proyecto del gobierno local va por otros derroteros.
El regidor confesó que "para nosotros es importante que las tradiciones se puedan mantener en el tiempo, y en el caso de los nabos de Morcín, nos parece que es necesario hacer algo". Recogía así el guante Mino García que le había lanzado el que será el próximo "Nabo de plata" de La Foz, Vicente González, que en un reportaje con LA NUEVA ESPAÑA pedía la pasada semana más implicación municipal a la hora de conservar tradiciones como la de los nabos. La respuesta no se ha hecho esperar. El plan del alcalde de Morcín es llegar a un acuerdo con alguna asociación para ceder unos terrenos municipales en La Foz en los que empezar a cultivar nabos. "La idea es que se puedan plantar estas hortalizas sobre todo para conservar las semillas, ahora están todas en manos privadas, y sería muy beneficioso tener algunas de titularidad pública y asegurar la conservación de los nabos de aquí", señaló García.
Sin embargo, no sólo de nabos vive Morcín. Y es que otro de los emblemas del concejo es el queso afuega'l pitu, cuyo certamen se celebra el próximo fin de semana. Pioneros en este tipo de elaboración, los morciniegos se quedaron hace ahora dos años sin su última quesería, La Figar, que había reabierto. Ahora mismo, la producción se centra en Grado, Tineo, Salas y Pravia, con apenas una decena de profesionales que se dedican a esta variedad.
Morcín, sin embargo, quiere recuperar también este arte del afuega'l pitu, y también trabaja para ello. "Estamos intentando a ver si a través de la Cámara de Comercio de Oviedo se pueden poner en marcha unos talleres para emprendedores basados en el afuega'l pitu y en como gestionar una quesería y ver si hay alguien que se anime", indicó García. El regidor, además, se mostró abierto a colaborar en todo lo posible para la recuperación de estas tradiciones. "Está claro que no podríamos conceder una ayuda económica directa, pero trataríamos de buscar fórmulas para favorecer la implantación en nuestro municipio de proyectos vinculados tanto a los nabos como al queso de afuelga'l pitu, dos de nuestros emblemas", indicó García.
