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Los desprendimientos "constantes" en la N-630 ponen en alerta a los conductores

Los usuarios de la carretera nacional entre Oviedo y Mieres, muy transitada por ciclistas, temen un accidente grave por la caída de piedras

Vehículos circulando por el lugar en el que se producen los desprendimientos. J. R. SILVEIRA

Los conductores alertan de un problema de seguridad vial en la antigua carretera de Oviedo a Mieres (N-630), en el tramo entre Santa Eulalia (Morcín) y Baíña (Mieres). Según denuncian, se producen "con frecuencia" desprendimientos del talud sobre la calzada. Los conductores temen que esta situación cause un grave accidente como el ocurrido hace unas semanas en el puerto San Isidro, cuando un montañero perdió la vida después de que una piedra cayera sobre su coche.

Los problemas más graves se registran en el tramo de los túneles. Este es un punto ya complicado por el tránsito frecuente de ciclistas, ya que es el principal acceso por carretera al municipio de Riosa (en el que se encuentra el puerto de L'Angliru) y la falta de iluminación en los pasos subterráneos. De hecho, durante los últimos años, se han sucedido las reclamaciones para exigir la instalación de luz en el interior de los túneles. En la zona se han registrado varios accidentes graves y, en dos ocasiones, estuvieron involucrados cicloturistas.

El Ministerio de Fomento justifica la falta de luces en el interior de los túneles en la escasez de fondos. El proyecto, que llegó a presupuestarse, requiere una inversión de cerca de 300.000 euros. En lo que sí ha invertido Fomento es en la señalización de la zona. Hace unas semanas, operarios del Ministerio colocaron dos paneles (en ambos sentidos de la marcha) para alertar de la presencia de ciclistas en el interior de los túneles y recordar la limitación de velocidad a sesenta kilómetros por hora. Según Menéndez, "es un paso adelante, pero no suficiente".

Limpieza

A este problema ya denunciado en múltiples ocasiones, se suman ahora los desprendimientos. Los derrumbes se producen con mayor frecuencia cuando llegan las precipitaciones. Hace unos días, operarios de Carreteras limpiaron el firme tras una noche en la que se desprendieron piedras del talud en varios puntos de la calzada. "Afortunadamente no eran de gran tamaño, pero podrían haber ocasionado un accidente si su caída hubiera coincidido con el paso de vehículos", afirmaron conductores que circularon por el lugar momentos después de que se produjeran los desprendimientos.

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