Las averías y el elevado coste para alimentar el sistema eléctrico amenaza con fundir los plomos de un proyecto que en el último año ha supuesto un importante elemento dinamizador del turismo en el parque de Redes. El futuro del parador de Brañagallones -reconvertido con éxito en refugio de montañeros (poco más de un año ha registrado 2.000 pernoctaciones) tras fracasar como hotel- está en el aire por una inversión de unos 60.000, el coste que supone instalar unos paneles solares que reemplacen a los actuales generadores eléctricos de gasoil. Los fallos en el sistema eléctrico ya fueron una de las principales causas que echaron por tierra la pervivencia de Brañagallones como hotel.

"Es una inversión mínima si se tiene en cuenta los beneficios y el impacto que el refugio está generando", explicó el presidente de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo, Juan Manuel Rionda Mier. La entidad se ocupa de la gestión del parador en virtud del convenio de colaboración suscrito con el Principado. Está cedido a un guarda, que lleva la explotación de la instalación y se encarga del mantenimiento. Sin embargo, el Gobierno regional debe ocuparse de las obras mayores y reformas, como propietario del inmueble.

"La Dirección General de Deportes no ha puesto un euro desde se reabrió la instalación, en septiembre de 2016, y ha sido la Federación de Montaña la que ha tenido que gastarse 40.000 euros en obras de mejoras del equipamiento interior y exterior del edificio y la compra de una caldera de biomasa para ahorrar costes de calefacción", indicó Rionda, que añadió: "Gracias a eso y a la implicación del guarda la instalación sigue abierta, aunque no sabemos por cuánto tiempo".

El máximo responsable de la Federación de Montaña esgrimió que los generadores actuales "provocan averías con frecuencia" y suponen "un coste de mantenimiento, por la compra de gasoil, muy elevado, que hace que el refugio actualmente resulte poco o nada rentable para el guarda que se ocupa de la instalación". Todo ello a pesar del éxito de visitantes, con más de 2.000 pernoctaciones en poco más de un año, y de la dinamización que ha supuesto del turismo en el parque de Redes.

Los técnicos han estudiado la situación y consideran que la solución más adecuada es la instalación de paneles solares en el refugio. Esta medida conllevaría una inversión de unos 60.000 euros, "algo menor si se tiene en cuenta los beneficios que la instalación está generando". Rionda pide mayor colaboración al Principado. "El guarda, la Federación de Montaña, el Ayuntamiento de Caso y la Consejería de Recursos Naturales quieren resolver el problema, pero nos falta la implicación de la Consejería de Cultura y de la Dirección de Deportes, que es de los que depende Brañagallones y que han puesto cero euros desde que se reabrió el parador como refugio".

Rionda expresó que los generadores de gasoil no sólo son muy costosos, sino que también provocan "ruidos y olores" en un enclave idílico. Las averías también son frecuentes. "La persona que lleva la instalación está empezando a cansarse y sería una lástima que tirara la toalla. Hace falta que nos den soluciones por parte del Principado".

El inmueble de Brañagallones se inauguró como hotel de montaña en el año 2005. El Principado firmó entonces un contrato de explotación con la empresa de inversiones Lujasa. Se acondicionó como parador de tres estrellas, pero la idea no llegó a cuajar. La instalación sólo estuvo abierta cuatro años, hasta 2009, lastrada principalmente por los desperfectos que se detectaron un invierno y que no se arreglaron. El problema con el sistema eléctrico fue uno de los principales problemas.

Como consecuencia de estos problemas, llegó el cierre, que se prolongó hasta septiembre de 2016. La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias se hizo cargo entonces de la gestión de la instalación y el Principado desembolsó 50.000 euros para adaptar el equipamiento como alojamiento de senderistas y montañeros. En concreto, se arregló la techumbre, se instaló un sistema eléctrico de baja tensión y se colocó una nuevo generador de gasoil. Ahora hay dos (el nuevo y uno antiguo), pero los dos dan problemas.

"El principal inconveniente es el sistema eléctrico. Las otras cuestiones son menores", apostilló Rionda.