Efrén Fernández empieza a contar una historia... y ahí está siempre Carmen Serrano para terminarla. Forman una de esas parejas que parecen cortadas a medida para sentar bien, de las que convierten en verdad el refranero popular para los amores. Seguro que si tuvieran que elegir a alguien para irse a una isla desierta, se elegirían el uno al otro. De momento, ya se han cogido de la mano para darle la vuelta al mundo.

Ellos son "Con Uve de Viaje": dos aventureros de Laviana, él de San Pedro de Villoria y ella de la Pola. Hace un año, regresaron de un viaje que les cambió para siempre: quince meses en los que recorrieron veintidós países (Lituania, Rusia, Mongolia, China, Filipinas, Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos, Tailandia, Myanmar, Nepal, India, Australia, México, Guatemala, Perú, Bolivia y Brasil). Ahora quieren seguir viajando. Tienen un blog muy popular, un par de petates llenos de anécdotas y una gran historia que está a medio escribir. El 31 de enero ofrecerán una charla en el CIDAN de Pola de Laviana, donde ya está expuesta una muestra de las fotografías de su viaje. Esta es su aventura: de dos trabajos fijos a un proyecto de vida cargado de aviones, mochilas y sellos en el pasaporte.

Abróchense los cinturones, vamos a despegar. Todo empezó en una oficina de Bélgica en la que Carmen Serrano vendía viajes: "Allí es bastante común hacer un viaje como el que hicimos nosotros, sobre todo los chicos jóvenes que se dan un año sabático". Así que entre tantos billetes de avión y tantas noches de hotel para otros, decidió que ella también quería. Él trabajaba en plataformas petrolíferas por todo el mundo, así que ya tenía la maleta hecha. Ahorraron durante algo más de un año para ver el mundo en quince meses.

Más que verlo, lo sintieron. Durante más de una hora de charla, no nombran ningún monumento. De pasada, un amanecer en Tailandia que les encantó. Sí hablan mucho de las emociones, de los nervios que sentían en el estómago en el hotel de Lituania: "Habíamos viajado mucho, pero nunca fuera de Occidente".

Las fotos que muestran en el CIDAN, por tanto, hablan de emociones. Cuentan historias: como cuando viajaron tanto en metro en Moscú, o cuando durmieron en una tienda de nómadas en el desierto de Gobi (Mongolia). Este país está en su "top five" de recomendaciones para viajar. Dicen que la gente es "maravillosa, generosa". Que te dan un abrazo y te sientes en casa, aún a más de 9.900 kilómetros de Laviana.

Efrén y Carmen están casados. No se plantean tener hijos, de momento. "Yo creo que económicamente y por logística podríamos seguir viajando, pero no sé si yo sería capaz de ser una mamá tan moderna", ríe ella. Y añade: "Para mí viajar significa muchas cosas, también superar miedos. Una cosa es que yo lo haga y otra muy distinta que exponga a mis hijos, no estoy segura de que pudiera mantener este ritmo de vida".

Si ella habla de superar miedos, Efrén no esconde una carcajada y recuerda su viaje por el Himalaya en moto. Él conduciendo y ella de paquete: "Llegamos a más de 5.000 metros de altitud, era todo muy sorprendente", afirma. Es la experiencia que no olvidará. Ella siempre se acordará de los contrastes en India: "En ese país está lo que más amas y lo que más odias, y te lo vas encontrando cada poco. Pasas del encanto al espanto más de cien veces al día", asegura.

Hay recuerdos que no les gustaría tener. Como el de los miles de niños que viven en las calles de Manila (Filipinas). "Suena a tópico, pero de verdad que te das cuenta de lo afortunado que eres. De todo lo que tienes, de tu familia, de tus amigos. De todo lo que deberíamos de agradecer y que, a veces, valoramos tan poco", asegura ella. Les cuesta mucho quedarse con un país. Su lista de recomendados son Mongolia, Tailandia, Filipinas, Bolivia y Myanmar (antigua Birmania). No necesariamente en ese orden. Son de los valientes, de los que se mojan, así que no esconden los países que menos les gustaron: China y Vietnam.

Cuando Carmen y Efrén estaban haciendo la maleta, no dejaban de consultar blogs de viajeros para planificar su aventura y prepararse para todo lo que tenían por delante. Decidieron que ellos también ayudarían a los viajeros y crearon "Con Uve de Viaje": su blog y su página de Facebook, con consejos y guías de distintos países. Además, emprendieron varios proyectos solidarios que intentarán mantener en sus próximas aventuras.

El matrimonio empezó a documentarse para su viaje unos meses antes de embarcar en el primer avión. Así que ya sabían que la visita a Filipinas sería dura. "Miles de niños viven en las calles, sin nada, sabíamos que nos iba a impresionar", explica el matrimonio. Nació el primer proyecto solidario de "Con Uve de Viaje": hicieron camisetas con el logo de su blog y las vendieron para recaudar fondos, que invirtieron en la compra de material escolar y libros en Filipinas.

El siguiente proyecto se desarrolló en Nepal. Justo cuando Efrén y Carmen llegaron, el país conmemoraba el triste aniversario del terremoto que, en 2015, dejó más de 9.000 muertos y 22.000 heridos. En el país hicieron cinco microproyectos, que incluyeron el arreglo de viviendas y la escolarización de dos niños. En señal de agradecimiento, les hicieron regalos. A él, un "topi" al que tiene un cariño enorme: "Te dan todo lo que tienen, son la bondad". El tiempo que pasaron en Bolivia, lo dedicaron a conocer el país y al voluntariado. Lo hicieron a través de la ONG "Mano a Mano", que ayuda a personas sin recursos a través de labores de campo y administrativas. Durante su estancia, echaron una mano en el acondicionamiento de espacios y en proyectos de formación internacionales. A esta entidad le donarán el premio que ganaron en el concurso "El Picu", de TPA.

Regresar fue difícil. Carmen Serrano reconoce que "yo no quería, pero teníamos un plazo". ¿Seguirán viajando? Se miran y sonríen, como acordando lo que contarán y lo que no: "Te vamos a hacer un 'spoiler'. Tenemos previsto pasar una temporada en el continente americano, principalmente en Canadá. Estamos tramitando un visado para viajar y trabajar".

El segundo de muchos "grandes viajes". No se ven en un trabajo para siempre, sedentarios, sin la mochila a la espalda: "Al principio hubo quien nos dijo que estábamos locos, que cómo íbamos a irnos y dejar el trabajo fijo que teníamos por una aventura". Ahora ya lo asumen, lo ven como algo que tenía que pasar. El día que volvieron de su viaje por el mundo, la madre de Carmen la miró a los ojos con una mezcla de pesar y admiración:

-Ahora ya veo que siempre os voy a tener lejos.