Claudia Jasmine Camuendo llegó a Langreo hace poco más de nueve meses. Sus padres son ecuatorianos, pero ella nació en Colombia. Una vida de inmigración para buscar un futuro mejor: "Aquí me encuentro bien, aunque extraño a la familia que no está y a mis amigos", asegura.

"Jas", como la llaman sus compañeros, es una de las estudiantes del IES La Quintana que han participado este año en el programa contra el racismo en colaboración con la Asociación "Intervalo". Bajo el epígrafe "En mi canción favorita, la letra sin sangre entra", los jóvenes tuvieron que buscar temas que hablaran de inmigración o xenofobia para luego analizarlos. El proyecto ya ha terminado y ellos, con la música ya apagada, hacen balance: "De cara a la galería todos dicen que son muy tolerantes, pero aún hay racismo".

Un grupo de participantes en el programa contra el racismo están sentados delante del Ayuntamiento. Ana Taberna está junto a Claudia Jasmine. Taberna es "futbolera" y parece una chica fuerte. "Jas" reconoce, en voz baja, que ha percibido algunos comportamientos xenófobos en los últimos meses. "Pero no quiero hablar de ello, la mayoría de las personas que he encontrado son muy buenas", señala. En este punto, Ana Taberna salta del banco y se pone frente a ella: "Pues mira, Jas, yo eso no lo permito. Delante de mí no, ni comentarios racistas ni machistas".

Se queda uno más tranquilo cuando sabe que "Jas" Camuendo y Ana Taberna van juntas a clase. Las dos a primero de Bachillerato, como el resto de participantes en el proyecto "En mi canción favorita, la letra sin sangre entra". Taberna se enfada mucho en el fútbol. y no porque pierda su equipo: "En el Molinón he visto muchos comportamientos racistas por culpa de algunos grupos de ultraboys", comenta, enfadada. Su compañero Javier Fernández asiente con la cabeza. Él, a los que gritan insultos racistas, les diría "que se controlen, porque seguramente sus antepasados fueron emigrantes y no les gustaría que a ellos se lo dijeran".

En el proyecto contra el racismo que elaboraron con "Intervalo" trataron la emigración española. María Cuesta explicó la historia de su tío Pepe: "Él fue a México y estuvo allí durante cincuenta años. Hasta que, un día, le atacaron en Chiapas y quiso volver a Asturias". Pepe tuvo que vender todo lo que tenía para comprar el billete y regresó sin nada.

Para los chavales, esta historia "demuestra que un día nosotros fuimos los débiles, a los que golpeaban y trataban mal, no lo podemos olvidar nunca". "El racismo se cura viajando", añade Javier Fernández. Algo que también tiene claro Estela Rodríguez, que tuvo que analizar una dura canción de "Dramatic Battle" para su trabajo en el proyecto con "Intervalo": "Es realmente dura".

"Sacarán de tus impuestos sus prestaciones sociales/ llega una horda de yonkis parásitos y criminales". Versos del estribillo de una canción que Estela Rodríguez no entiende que se haya lanzado: "Deberían de estar prohibidas, son una sarta de estereotipos dañinos y pueden herir los sentimientos de mucha gente", afirmó la joven.

Les duele por los inmigrantes y les duele porque podrían ser ellos. Dicen que ven difícil encontrar trabajo en España y que, "muchos de nosotros tendremos que ir a vivir fuera". Reconocen que alguna vez han escuchado comentarios racistas, algunos incluso en casa, y que con algunos chistes de tinte xenófobo se han reído. "Luego lo piensas y paras, porque no tiene nada de gracia. El racismo es el mayor 'fail' del mundo". Lo dice Sara Díaz, con 16 años de sinceridad.