“Los dominantes no tenemos traumas, ni somos tíos ricos ni cantamañanas”. Así reaccionan expertos asturianos en BDSM (siglas de “bondage”, dominación, sumisión/sadismo y masoquismo) ante la trilogía “Cincuenta sombras de Grey”.

Justo el día del estreno de “Cincuenta sombras liberadas”, última entrega de la adaptación al cine de la exitosa serie literaria, LA NUEVA ESPAÑA recuerda su encuentro con Amo Ulrik, un allerano experto en BDSM.

Imparte talleres en varias provincias, vive una relación con su sumisa Jade y está ultimando una novela sobre este mundo.

Parece que nada tendrá que ver con las exitosas novelas de E. L. James: “No me siento identificado con esa trilogía”, afirmó Amo Ulrik, tras definir como “cantamañanas” a Grey, el protagonista de la trilogía. “Somos personas dominantes en su vida y que necesitan serlo también en la intimidad”, matizó el allerano.

Amo Urik aseguró que el “BDSM” es más que sexo: “Simplificándolo mucho, se puede definir como la práctica de ‘juegos’ donde está todo consensuado. Quién, qué, cómo, dónde y, sobre todo, hasta dónde”, explicó. El "dom" es un dominante que no tiene sumisa, es amo cuando sí la tiene. Si rompe con su sumisa, vuelve a ser "dom". Y aquí Amo Ulrik se pone serio, por los matices: "Hay que diferenciar un amo de un maltratador. Hay hombres que se camuflan en el BDSM para usar a una mujer como un saco de boxeo, eso desvirtúa nuestra forma de vida y lo condenamos enérgicamente". Un amo, añade, "entiende que su sumiso o sumisa es quien le otorga el regalo de ser amo. Realmente, es la parte sumisa quien le da el poder". "No ves nunca a tu sumisa como un pedazo de carne al que golpear, sino como una parte de ti mismo a la que mimas o reprendes si es necesario. Siempre desde el respeto", sentencia.

“Dom” y sumisa tienen que hablar mucho para conectar. Esa conexión emocional, afirma Amo Ulrik, es imprescindible y siempre anterior a "las sesiones". Son los encuentros entre persona dominante y sumisa para las prácticas. Las más conocidas son el "spanking" (azotar en castellano) y el "bondage" (inmovilización de la sumisa con cuerdas). Pero el mundo BDSM es "infinito".

"Tanto como admita una piel, un cuerpo, una actitud". Limitación del aire, privación del orgasmo, "needle play" (juego con agujas)? ¿Hasta dónde pueden llegar? Todo se estipula en un contrato firmado por las dos partes que, si bien no tiene validez legal, puede servir como prueba en caso de mal comportamiento de alguna de las dos partes. Es la base del "SSC" (seguro, sano y consensuado).

En esto, afirman, la saga de “Cincuenta sombras de Grey” sí acierta. También en la palabra de seguridad, que utilizan amo y sumisa durante sus “sesiones”. “Amarillo”, le dice Anastasia a Grey.