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El gobierno local culpa a los dueños de Mieres Tubos de llevar al cierre una fábrica "viable"

El Ayuntamiento reclama a las administraciones central y regional proyectos que permitan acabar con la "insostenible" pérdida de empleo

Mieres Tubos tiene los días contados. La antigua Perfrisa, ya con su últimos trabajadores despedidos, pronto iniciará el proceso de liquidación tras muchos meses esperando en vano la llegada de un inversor salvador. El alcalde de Mieres lamentó ayer lo que definió como "una muerte anunciada". Aníbal Vázquez se mostró descorazonado ante lo que parece la inevitable desaparición de una empresa histórica que, a su juicio, y al de los sindicatos, " era viable y tenía posibilidades de seguir adelante si sus dueños -la familia Uribarren- no hubieran puesto tantos impedimentos".

Vázquez se mostró ayer muy preocupado tras la confirmación de que Mieres Tubos está ya condenada al cierre. De momento, la plantilla ya ha quedado desvinculada de la empresa. Los 58 contratos que permanecían activos se han extinguido como paso previo al cierre definitivo de la histórica fábrica de Sueros. El Alcalde asume los lamentos, pero demanda la necesidad de dar un giro al timón de un barco que no hace más que encallar en cada arrecife que encuentra en su camino. "La situación del municipio en materia de empleo es ya insostenible y las administraciones regional y central no pueden seguir mirando para otro lado mientras nos desangramos". Aníbal Vázquez reclamó el desarrollo de proyectos industriales, como el parque tecnológico de Figaredo. "Aquí todo el mundo se pone de perfil, pero la realidad es que necesitamos imperiosamente crear nuevo empleo".

El administrador concursal considera que a estas alturas es casi inviable que se pueda cerrar un acuerdo de compra que permita la continuidad de la actividad empresarial en Mieres Tubos. De hecho, según ha podido confirmar este diario, el único interés que a estas alturas suscita la antigua Perfrisa proviene de inversores interesados en su desmontaje y en la venta de maquinaria.

Al final, la posibilidad de que un inversor chino se hiciera con el control de la factoría para seguir con la actividad industrial está en estos momentos descartada. A finales del pasado 2017, y tras echarse atrás en la compra de la planta de Sueros el grupo italiano Amenduni, surgió la posibilidad de que llegaran inversores chinos. Un emisario de los empresarios asiáticos visitó incluso las instalaciones de la planta mierense de Sueros.

Durante todo el proceso, tanto el Ayuntamiento como los sindicatos han reprochado a la familia Uribarren su intransigencia, culpándoles directamente del fracaso de las negociaciones y de ocultar parte de la deuda que arrastraba la fábrica.

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