Bernabé Aguirre estuvo ligado a los grupos de rescate de la Guardia Civil durante casi 40 años. Se jubiló en 2014 tras mucho tiempo como instructor en la Escuela de Montaña de Jaca. En las cumbres ha desarrollado su profesión, pero en ellas también encontró su principal afición. Y de todas las cimas, una en especial le ha cautivado, atrayéndole incesantemente con su hechizo. "Los asturianos aún no valoramos lo suficiente lo que significa el Urriellu. Es el gran referente de la escalada española; es mi montaña preferida".

La prueba de que el Naranjo de Bulnes y Bernabé Aguirre mantienen una relación especial es que nadie ha subido más veces este enorme torreón de piedra que el montañero asturiano. "Ya son 617 veces", puntualiza sin darle importancia. Una cifra sorprendente que no incluye las numerosas escaladas que ha hecho en diferentes vías sin llegar a la cumbre. En alguna ocasión llegó a subir a la cima en "cuatro ocasiones en un mismo día, cuando algo te gusta de verdad no hay desgaste".

Bernabé Aguirre habló ayer de su profesión, y de su hobby, en el marco de las XXX Jornadas de Montaña de Mieres. Es consciente de que cada vez más gente disfruta de la montaña, algo que desde su experto punto de vista acarrea más ventajas que inconvenientes: "Asturias está de moda y en verano el Urriellu recibe a muchísima gente. Puede verse a familias enteras en las proximidades". A su entender, no hay que poner muros al monte: "Lo que tenemos que hacer es cuidar la Cordillera y protegerla. La gente tiene que evitar salirse de los caminos y ser cuidadosa, pero es un error confundir la necesidad de proteger con el mal hábito de prohibir".

En los países alpinos, como Francia, Suiza o Italia la cultura que envuelve al montañismo está mucho más desarrollada que en España. Así lo percibe Aguirre: "Esta muy bien que cada vez más personas descubran la naturaleza, pero los grupos de montaña se han quedado algo estancados y mucha gente joven no tiene quien le explique las cosas: aprenden a base de golpes".

Décadas haciendo rescates en montaña le permiten conocer bien los peligros que esconden los bellos parajes de la montaña asturiana: "Kílian Jornet ha generado mucha afición, pero tenemos que entender que es peligroso calzarse una zapatillas de deporte y ponerse a correr por los riscos. Kílian sólo hay uno".

Para Bernabé Aguirre, una figura que debería tener más presencia en España es la de guía de montaña: "Aquí no se utiliza, supongo que debido a que se considera un gasto. Pero al final por muy poco dinero tienes a alguien que te lleva por las mejores rutas y te explica los paisajes, además de aconsejarte con el material". Así, se evitarían, entre otras cosas, muchos accidentes. Este guardia civil jubilado conoce perfectamente la dificultad que entraña muchas veces desarrollar con éxito una operación de salvamento, aunque ahora los medios sean mucho mejores que hace 30 o 40 años. "Antes podías tirarte siete u ocho horas bajando a una persona en camilla de una montaña. Por suerte ahora contamos con helicópteros perfectamente equipados que facilitan enormemente la tarea", señala. Aguirre, antes de incorporarse a la Escuela de Montaña de Jaca formó parte durante más de diez años del grupo de rescate de la Guardia Civil de Mieres.

Las Jornadas de Montaña de Mieres prosiguen hoy con la intervención de la montañera asturiana Rosa Fernández. La charla comenzará a las ocho de la tarde en el auditorio de la Casa de Cultura de la villa.