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Las huellas del temporal en la zona rural de la comarca

Los inconvenientes de vivir en el pueblo: "Ni que esto fuera Siberia", claman en Caso

Vecinos, hosteleros y Ayuntamiento critican la falta de servicios por el mal tiempo, tras pasar cuatro días sin luz y hasta diez sin teléfono ni internet

Jesús Molina, en la cocina de carbón del bar de su negocio en Tanes. FERNANDO RODRÍGUEZ

Jesús Molina Moritán vigila el fuego de la cocina de carbón. "Menos mal que teníamos esta, amigos", dice, señalando las brasas. Es el propietario del hostal y restaurante El Mirador de Tanes, en el concejo de Caso. Durante el temporal de principios de febrero, todo el municipio se quedó literalmente a oscuras: sin luz, sin teléfono y sin televisión durante cuatro días. La situación volvió esta semana a la normalidad, tras medio mes con generadores. Vecinos, hosteleros y Ayuntamiento claman por soluciones para que esta situación no se repita: "Ni que esto fuera Siberia", clama Molina.

Jesús Molina aún se enfada cuando recuerda los días en penumbras: "Esta cocina es totalmente interior, tuvimos que cocinar con una linterna". Y andar por casa con abrigo y bufanda, porque tampoco tenían calefacción: "Una cosa buena no fue, la verdad", apunta. Tuvo que anular varias reservas, afortunadamente lo hizo antes de perder también la señal del teléfono (algunos vecinos estuvieron diez días sin internet ni telefonía). Molina lleva veinte años al frente del negocio y asegura que no es la primera vez que ocurre: "Lo que queremos es que se tomen las medidas necesarias para que no vuelva a pasar nunca". En la barra, unos parroquianos asienten.

Gloria Martínez y su marido respiran ahora tranquilos. Pero vivieron el temporal en vilo. Son los únicos vecinos que pasan el invierno en Tarna, el pueblo más alto de Caso. Ella es, de hecho, la alcaldesa pedánea: "Estuvimos mirando por la ventana, lo pasamos realmente mal porque estábamos incomunicados".

Empezó a nevar con fuerza de domingo, el primer día que subió la máquina quitanieves. La pala no volvió hasta el martes, la carretera volvió a cubrirse de nieve en poco tiempo, y la máquina regresó el jueves. La gestión de la limpieza de la vía, señaló Martínez, fue "pésima". "Estábamos muy nerviosos. Si alguno de los dos enfermaba, no teníamos ni siquiera forma de avisar", clamó. Sin teléfono, sin luz, sin calefacción y sin nada: "Esperamos que no se vuelva a repetir, porque esto no nos lo merecemos".

Hay cabreo en los bares, en las casas y también en el Ayuntamiento. El alcalde, Miguel Fernández, tiene una opinión muy clara sobre lo ocurrido en el último temporal: "Esto no fue una broma, fue reírse de nosotros", clama. Su primer reproche es para los responsables del servicio eléctrico: "Que me expliquen a mí por qué, en 2018, Caso es uno de los únicos municipios de Asturias con una única entrada por donde nos llega la electricidad", señala. Cuando cae, como ocurrió en el temporal, "nos quedan las velas". "Lo más irritante es estar sin luz a dos kilómetros de una central eléctrica", afirma el regidor.

Las explicaciones que recibió durante el "apagón" del municipio no le valen. El principal argumento era que resultaba imposible acceder a las zonas con daños durante un temporal, a lo que el Alcalde replica que "yo paso aquí todos los veranos y el mantenimiento que veo es prácticamente nulo". Y deja claro que su único objetivo, durante el presente mandato, es que los vecinos reciban todos los servicios que merecen y por los que están pagando: "Que no es limosna, es justicia", clama el regidor.

El teléfono y la televisión son las otras dos asignaturas pendientes. Para la compañía telefónica, tiene la misma reclamación que para los responsables del tendido eléctrico: "Más mantenimiento y no acordarse de Santa Bárbara cuando truena". Para los problemas con la señal de televisión, ha instado al Principado a concretar una reunión con los adjudicatarios del mantenimiento de los repetidores y el servicio. Quiere estar presente en el encuentro.

Reclama la implicación del resto de administraciones en su cruzada. "Tanto presumimos de apostar por la zona rural, pero a ver quién me ayuda a convencer a mis vecinos para que se queden en este desierto", zanjó.

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