Mari Martínez y Agustín Suárez llegaron a Castandiello en 1995. Ese pequeño pueblo, escondido tras una carretera estrecha y próxima al puerto de Cotobello, les pareció el mejor lugar del mundo para formar su hogar. Ahora, 23 años después, Agustín ya no está y Mari Martínez vive con su hijo. Son dos de los tres habitantes que "sufren" su permanencia en la aldea.

El pueblo lleva a oscuras (sin alumbrado público) desde noviembre. Además, la carretera está impracticable para turismos porque el cemento está muy gastado. "Quieren que la gente viva en los pueblos, pero es imposible", lamenta ella. Castandiello es una de las 1.317 aldeas de las Cuencas con tres o menos habitantes. El número de pueblos abandonados no deja de aumentar: al cierre del 2016, se contabilizaron 695.

Mari Martínez parece una mujer optimista. Pasea por el pueblo con cuidado y luce unas gafas gruesas. "Apenas puedo ver, tengo un problema en la vista, así que por la noche no puedo moverme de casa", afirma. Sobre la mesa de la cocina tiene una linterna: "Tuve que usarla el otro día que bajamos a Oviedo, porque para subir por la carretera no veía nada", explica. Junto a ella está su hijo, Emilio Suárez, que aquel día escribió un airado mensaje en Facebook: "Mi madre es ya mayor para andar con linternas y menos en estas fechas, que oscurece a las seis y media. Es vergonzoso que, en 2018, tengamos un pueblo sin alumbrado público en este concejo. Tan sólo queremos una explicación al problema y que se restablezca el alumbrado público".

Explicaciones, hasta ahora, han recibido pocas. El problema se remonta a las obras del Corredor del Aller, concretamente durante el año 2012. Agustín Suárez aún no había fallecido: "Fuimos él y yo al Ayuntamiento varias veces y nos decían que era cosa del Principado", explica Mari Martínez. Estuvieron un año y medio sin luz pública. Una semana después de que falleciera su marido (en el año 2014), las farolas del pueblo volvieron a alumbrar. Pero los cortes en el servicio no habían hecho más que empezar.

El problema vuelve a repetirse. Esta vez, creen los vecinos, el corte está relacionado con un cuadro eléctrico que hay a la entrada del pueblo. Operarios del Principado, según aseguran, pudieron un candado en la puerta de la instalación. Los operarios municipales no pueden abrirlo ahora para restablecer el servicio y las calles están a oscuras.

Llevan así un mes y medio, a pesar de haber llamado ya a varias puertas. El otro vecino de Castandiello es un hombre de Madrid: "No entendemos que siga aquí, porque esto es un sinvivir", afirma Mari Martínez, señalando a la carretera de acceso. Ese camino también le quita el sueño: "Está tan gastado que los coches patinan y no suben", afirma. Ella "suda mares" para bajar la cuesta, que llega a Piñeres, cuando tiene que viajar por su cuenta. "La mayoría del tiempo soy dependiente de mi hijo para ir a cualquier parte, ya me he caído no se cuántas veces por esa cuesta del demonio", dice, resignada.

El concejo de Aller cerró 2016 con 81 aldeas abandonadas. Casi la mitad de pueblos sin habitantes de las Cuencas están en Mieres, con 270 núcleos en los que ya no viven personas. Cuando Mari Martínez conoce estos datos se queda muy seria: "¿Que hay 695 pueblos abandonados? Viendo cómo nos tratan, me parecen pocos".