El ciclo "Historias de Mieres", organizado por el Ayuntamiento mierense, llegó a su final con la charla titulada "El poblado minero de Bustiello: interés de un enclave y génesis de su declaración como BIC", impartida por la historiadora del arte, María Fernanda Fernández, un acto que contó con la colaboración del club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

"Bustiello, por su interés histórico, merecía que se diera el paso del estudio a la protección", declaró Fernández, que describió el complejo y, en ocasiones, tortuoso camino administrativo iniciado en 2013, que finalizó cuatro años después con la declaración de Bien de Interés Cultural, lo que proporciona al enclave una protección legal de la que hasta entonces carecía. "Esta protección supone, lógicamente, la preservación de un conjunto constructivo centenario excepcional, extraordinario en su gestación y poco común en su conservación", explicó la historiadora, que entiende que la implicación de los habitantes de Bustiello y los Cuarteles de Santa Cruz ha sido y es fundamental. "Hay que dejar claro que los vecinos no están obligados a hacer obras; tan sólo, en caso que querer hacerlas, habrán de respetar ciertas pautas en orden a asegurar la originalidad del conjunto", matizó.

Por medio de fotografías, Fernández hizo un recorrido histórico del enclave, desde su nacimiento en 1890 por iniciativa de la Sociedad Hullera Española, propiedad del Marqués de Comillas, hasta la actualidad. "Bustiello llegó a ser una comunidad casi autosuficiente, en la que se recurrió a acreditados profesionales para su creación y desarrollo, donde es evidente la influencia francesa, la inspiración modernista y que, afortunadamente, quedó en buenas manos para su conservación" reconoció María Fernanda Fernández que, eso sí, lamenta la desaparición de la línea de tren y sus máquinas, el perjuicio que para el lugar supuso el trazado del Corredor del Aller y el estado de completo abandono y destrucción de edificios emblemáticos como son el hospital, la farmacia y la escuela de niñas: "Su estado actual es peor que el previo a la rehabilitación que financió su actual propietaria, la administración del Principado de Asturias. Es lo que sucede cuando, tras gastar un dineral, no se da destino ni protección a las obras".

Afortunadamente, otras construcciones, como el templo y la vivienda del cura, el casino y la escuela de niños se mantienen en buen estado de conservación. "El patrimonio industrial es versátil, lo que permite darle nuevos usos sin comprometer su integridad", explicó la ponente, que recordó que en Bustiello, que con su magnífica iglesia aspiró a ser parroquia, tuvo lugar la primera celebración de la festividad de Santa Bárbara en Asturias y que recalcó su valor histórico, arquitectónico, urbanístico y, sobre todo, socioantropológico, un fenómeno extraordinario aún bastante desconocido en Asturias.

"Los asturianos oscilamos entre el orgullo y la ignorancia de lo que tenemos", dijo María Fernanda Fernández, que define Bustiello como "un lugar fascinante, inspiración de novelistas, generador de creatividad, en el que las personas que lo crearon y las que vivieron en él y lo cuidaron son centrales en esta historia".