El Pleno celebrado ayer fue bastante tenso, ya que el debate abierto sobre las actividades de investigación en la térmica de La Pereda movilizó a defensores y detractores. Una amplia representación de trabajadores de la central y dirigentes comarcales del SOMA acudieron al Ayuntamiento para manifestar su apoyo a las actividades que está desarrollando Hunosa en colaboración con el Principado. "La central de La Pereda también es un centro de investigación y entendemos que mientras se cumplan las normativas ambientales no debe haber problemas para que sigan con las labores de pruebas", señaló Luis Alberto García, primer secretario del SOMA en el Caudal. También asistieron al Pleno representantes de la asociación que aúna a los pueblos del entorno de la térmica, muy críticos con la quema de material proveniente de basura. "No rechazamos la central, sino que se queme basura y que se haga además desde el oscurantismo", señalaron los portavoces del colectivo.

Por momentos ambos frentes se cruzaron palabras subidas de tono y reproches. De hecho, al termino del debate hubo una fuerte discusión ya en las escaleras de salida del consistorio, lo que obligó a suspenden por unos instantes la sesión plenaria. No obstante, la disputa no fue a mayores.

De momento, las pruebas de quema de residuos de depuradoras en la central térmica de La Pereda no han alterado los niveles de emisiones del equipamiento. Así lo reflejan los informes técnicos y medioambientales sobre los ensayos, a los que ha tenido acceso este diario. Además, los citados estudios concluyeron que, en principio, el material quemado en la caldera de la térmica mierense, denominado técnicamente como "compost fuera de especificación", es poco apropiado como combustible por su escaso poder calorífico y alta humedad, por lo que no suponen introducir grandes diferencias en la mezcla de la central térmica. En este proyecto de investigación, además de Hunosa, participan otras siete empresas, entre ellas Aqualia y Cogersa.