Luis Vigil-Escalera volvió a nacer el jueves. Puede sonar a tópico, pero pocas veces antes fue más acertado: este langreano, conducía uno de los coches que se vieron sorprendidos por el argayo que cortó el corredor del Nalón y ha dejado aislado al concejo de Caso. Se salvó por unos metros, y ayer relató con tranquilidad su experiencia: "Ni escuché ni noté nada raro, sólo vi que todo estaba cubierto de polvo", afirmó.
Vigil-Escalera es responsable de Enfermería en el alto Nalón. El día que se produjo el argayo, salió poco antes de las nueve de la mañana del consultorio de Sobrescobio, en dirección a Caso: "Los miembros de la plantilla nos movemos de uno a otro normalmente, es algo habitual hacer ese recorrido a esas horas de la mañana", explicó ayer. Así que la mañana transcurría con normalidad, y Luis Vigil-Escalera aprovechó el trayecto para hacer una llamada con su manos libres durante el trayecto.
"Lo cierto es que iba enfrascado en la conversación y no escuché nada extraño antes de que cayera el argayo", aseguró ayer. Cuando llegaba a Anzó, vio que un coche reducía la marcha. Luego el siguiente. Y después mucho polvo. Entre la confusión, empezó a entender que había tenido mucha suerte: "Sólo había tres coches delante de mí, no quiero imaginarme lo que habría ocurrido si hubiéramos pasado un poco antes", reconoció el langreano.
La mañana de ayer la dedicó a cuadrar horarios del personal entre Sobrescobio y Caso. Unos turnos que se han visto alterados por el corte de la carretera: "Tendremos que viajar más, eso está claro", afirmó. Pero, para él, estos días hay unos héroes: "Esos trabajadores que han empezado ya a quitar el argayo, se están jugando mucho".
