Amanda Todd, canadiense de 15 años, se suicidó en 2012. En su joven espalda llevaba el peso de años de burlas y acoso, que empezaron cuando compartió con un desconocido una imagen de sus pechos. Grabó un vídeo en el que contaba su experiencia, rogó porque alguien la escuchara, y cuatro horas después se quitó la vida.

Ana Rey, experta en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) desde la perspectiva de género, ofreció ayer un taller en el Cidan de Laviana. Llevaba por título "Estrategias y materiales para la prevención del acoso y el abuso sexual en las redes sociales" y el caso de Amanda Todd sirvió como ejemplo para llevar a las aulas. El taller, junto a "La música como herramienta para trabajar cuestiones de género" (ofrecido por Laura Viñuela), estuvo enmarcado en el programa de las Jornadas de Educación por la Igualdad. Además, Ana Rey presentó su nueva guía, editada por el Instituto de la Mujer del Principado de Asturias, sobre acoso y abuso sexual en las redes sociales.

"Las redes son maravillosas, pero muestran lo peor y lo mejor de la vida", afirmó la experta. En este sentido, destacó que "lo importante en las aulas es saber cómo usarlas, como navegar de forma segura por internet y cómo usar el móvil con cabeza". Y, ante todo, cómo interpretar toda la información que los jóvenes reciben.

Una sencilla prueba: busque en "Google" las palabras "chicos" y "chicas". La mayoría de las mujeres que aparecerán en su pantalla irán ligeras de ropa. Este fenómeno es un claro ejemplo de "cosificación" que, según la guía de Rey, es "tratar a una persona como un objeto, sin conciencia ni cualidades intelectuales y personales, que por lo tanto, puede ser usado como se desee". "Los jóvenes deben saber gestionar bien sus datos y su privacidad", señaló la experta.

Lo mejor, a su juicio, es que no haya ninguna foto comprometida en la red. Es decir, nada de "sexting" (prácticas sexuales a través de internet, con webcams o intercambio de fotos eróticas). Esta práctica puede desencadenar delitos como "sextorsión", el chantaje a través de las imágenes; o "revenge porn", el término que denomina la publicación de las fotos tras la ruptura de una relación. En todo caso, si esto ocurre, la víctima tiene que tener claro que no ha hecho nada malo y que el único culpable es el agresor. Es imprescindible pedir ayuda y denunciar.

Adultos y menores

Otro delito que trató la experta es el "grooming". Se trata de un engaño de un adulto a otra persona menor, haciéndole creer que son de la misma edad, para obtener satisfacción sexual a través de una relación virtual. Este punto llamó la atención de Beatriz Gallego, una de las asistentes al encuentro: "Me cuesta imaginar que sea tan fácil para un adulto hacerse pasar por niño, pero está claro que es algo que ocurre y sobre lo que hay que estar atentos", afirmó. Aplicará todo lo aprendido en el taller con sus cuatro sobrinos.

Sara González, estudiante de Magisterio, consideró "muy útil" la información obtenida en el desarrollo del taller. Uno de los apuntes que guardará para su futuro como docente es el uso de la aplicación "Kajut", que fomenta el uso responsable de móviles en clase. Nerea Martínez, docente, está a favor de que el "smartphone" se integre en la formación: "Tenemos que enseñarles a buscar información y a distinguir la realidad de los bulos".