Son las siete y media de la mañana y Alfredo Álvarez, que lleva veinticinco años repartiendo LA NUEVA ESPAÑA por las Cuencas, llega en su vehículo hasta el argayo que desde hace una semana corta el Corredor del Nalón, a la altura de Anzó. Allí comienza su odisea para llevar el periódico a los vecinos del concejo de Caso, un público "muy fiel", según asegura el repartidor. Eso le obliga a hacerse unos cuarenta minutos a pie por viaje con una mochila bien pesada a sus hombros. "Todo sea por no dejar a los paisanos sin periódico", explica.

Tras dejar el coche aparcado en Anzó (Sobrescobio), Álvarez mete los periódicos en su mochila y comienza la caminata por la ruta que bordea la ladera afectada por el desprendimiento. "Subo un camino por la izquierda que da a unas cabañas y después paso por una pista de ganado; ahí ya bajo a la zona del río, donde se ha habilitado un puente provisional y llego justo al otro lado del argayo", explica. En total, veinte minutos de caminata con peso extra que tiene que volver a recorrer para coger su coche de vuelta a casa.

Al otro lado del argayo le espera la repartidora de pan de Caso, que le recoge los periódicos y se encarga de distribuirlos. "Menos mal que está ella, porque, de lo contrario, sería un problema", apunta. El repartidor hace este recorrido todos los días de la semana salvo el domingo, que aumenta el número de ejemplares y opta por llegar a Caso por la carretera de Infiesto. "El domingo se me haría imposible cargar con tantos ejemplares en la mochila, además también están los suplementos; así que ese día vamos por la Collá d'Arnicio", señala. Un vía que, aunque no se hace a pie, también supone una odisea para llegar a Caso por el estado de deterioro del firme. "La última vez, como hizo tan mal tiempo, tuvimos que esperar dos horas a que nos despejaran la carretera, pero bueno, lo importante es que LA NUEVA ESPAÑA llegue a los lectores", afirma.

El repartidor asegura que es la primera vez que tienen este problema en Caso, "pero ya hemos tenido que buscar otras soluciones alternativas para distribuir el periódico, como ocurrió con los piquetes mineros durante las movilizaciones del sector".