El ciclo "Nueve conferencias para nueve musas", que promueve la editorial Rema y Vive, alcanzó su cuarta ponencia en el marco de la Casa de la Buelga de Ciaño. El acto, organizado por "Cauce del Nalón" contó con la colaboración del Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Versó sobre "Una interpretación de la escultura cinética de Alexander Calder desde la filosofía de Nietzsche". La conferencia fue impartida por Faustino López, licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo. Tal y como destacó el también filósofo Juan Ignacio Castro al introducir la charla, López "ha trabajado como profesor de Filosofía, pero también se ha permitido el lujo de tener tiempo para disfrutar de la vida e incluso a dedicarse al hedonismo utópico".

Juan Jesús Alonso, de ediciones "Rema y Vive", puso de manifiesto que "tal vez mezclar la obra de un escultor con la de un filósofo pueda parecer extravagante, pero está claro que la filosofía no puede estar alegada de lo cotidiano, porque si la filosofía fuese impopular no sería filosofía". Los músicos Katia Kaminsky y David Roldán pusieron el broche musical al acto, interpretando varias piezas de Bach.

Nietzsche influyó notoriamente en la cultura europea del siglo XX e inspiró la renovación de las vanguardias artísticas, que se ligaron estrechamente con la cultura popular. El escultor estadounidense Alexander Calder (1898-1976) consiguió aunar en sus obras lo mejor de las vanguardias europeas y el arte popular de su país. Por eso, según el conferenciante, "la influencia del pensamiento de Nietzsche permite ahondar en los aspectos constitutivos de la escultura cinética de Calder, haciendo posible la interpretación de las vanguardias como experimentos nietzscheanos"

Faustino López explicó que "hasta el siglo XX, la escultura se concebía como un arte estático por más que se le pretendiese dotar de movimiento". Sin embargo, a partir de 1930, Alexander Calder "llevó a cabo toda una revolución", creando esculturas en movimiento que se caracterizan "por los materiales, normalmente de chapa de metal pintado y varillas de hierro, la disposición de las partes y el juego de equilibrios y cálculos, que siempre transmiten y expresan alegría".

Desde la perspectiva de la estética de Nietzsche, pensada en contra de "la lenta agonía de la cultura y la vida europeas de la época" se propusieron nuevos caminos que se plasmaron claramente en el arte del siglo XX, surgiendo movimientos "como el impresionismo, el surrealismo o el cinetismo", afirmó el conferenciante. Al mismo tiempo dejó patente que "toda esa influencia le llego a Calder a través de numerosos artistas muy próximos a él que leyeron a Nietzsche, como Joan Miró, con el que mantuvo una estrechísima amistad toda la vida". López se mostró convencido de que es posible establecer la conexión e influencia objetiva de la filosofía de Nietzsche sobre la obra de Calder, ya que "sus esculturas cinéticas representan la culminación del vitalismo nietzscheano". "Tanto en la vida como en la obra de Alexander Calder se ven reflejadas algunas de las principales categorías de Zaratustra, como el optimismo, la inocencia, la alegría o la fiesta con la que deberíamos celebrar siempre la vida", aseguró para finalizar.