Casi dos mil peregrinos del Camino de Santiago pasaron por el albergue de Mieres entre 2014 y 2017. En concreto fueron 1.978 las personas que pernoctaron en las instalaciones de La Peña. Un estudio realizado por el Ayuntamiento permite conocer al detalle las características de los caminantes que se detuvieron en el concejo. Un perfil ideal basado en lo más común correspondería a un andaluz de entre 50 y 60 años, jubilado de la docencia, y que opta por realizar este trazado entre agosto y septiembre, es decir, a finales de verano.
El año pasado pasaron por el albergue de La Peña un total de 480 personas. De ellas, 475 aceptaron cubrir un rápido cuestionario cuyos datos arrojan luz sobre el tránsito que genera el Camino de Santiago en Mieres. De todos los visitantes, 131 eran extranjeros, es decir, casi tres de cada diez. Hubo presencia de 30 nacionalidades. Los italianos fueron los más numerosos (30), seguidos de franceses (15), holandeses (12) y alemanes (10). Como curiosidad, pernoctaron en el municipio, un sudafricano, un australiano y un japonés. En cuanto al "producto" nacional, los andaluces fueron los más numerosos (54). También hubo muchos madrileños (49) y valencianos (35). Fueron 30 los catalanes y otros tantos los vascos que descansaron en Mieres.
Los meses con más trasiego fueron septiembre y agosto, con 135 y 120 pernoctaciones, respectivamente. Los peregrinos empiezan a aparecer en junio, ya que entre mayo y enero del año pasado nadie pasó por el albergue. La mayoría de los viajeros fueron hombres (353). Por franjas de edad, lo más común es tener entre 50 y 60 años. La peregrina más joven llegó desde Madrid, se trató de una niña de 7 años que hizo el camino a pie con su familia. Por el contrario, el de mayor edad fue un ciudadano de Estados Unidos con 80 años cumplidos.
Los jubilados son lo que más se animan a recorrer el Camino de Santiago en su ruta asturiana, al menos eso es lo que dice la encuesta del albergue de Mieres. Entre los activos, profesores y estudiantes rivalizan por el primer puesto, con una ligera ventaja para los primeros. Las profesiones son de lo más variadas, desde corredores de seguros, a frailes, masajistas, profesores de chino y un "trotamundos", como se definió uno de los usuarios del centro de La Peña. Todos tiene cabida en el Camino de Santiago.
El Camino de Santiago francés a su paso por León ofrece dos alternativas: seguir hacia Galicia o continuar la ruta hacia Oviedo para luego seguir hacia el lugar de peregrinación más emblemático de España. Ésta última es la que sigue el Camino de El Salvador, ruta transitada por los peregrinos que se desviaban para visitar la catedral de Oviedo de San Salvador y sus reliquias. El trayecto entra en Mieres por Ujo. Luego se pasa por Reicastro, Santullano, y El Pedroso, para luego atravesar de sur a norte todo el casco urbano hasta llegar al albergue de La Peña. La ruta sale del concejo en dirección a Olloniego (Oviedo) a través del Padrún.
En general los usuarios del albergue de Mieres, según los cuestionarios que ellos mismo cubren, se quejan de la mala señalización de la ruta. Es una percepción muy generalizada. El propio albergue genera algunas críticas, tanto por sus horarios como por su lejanía del centro de la ciudad, "lo que complica poder acercarse a tomar algo".
Los datos recogidos por el Ayuntamiento y estructurados por los técnicos de la Casa de Cultura de Mieres entroncan con un estudio sobre el camino de San Salvador a su paso por Mieres que revela que apenas uno de cada cuatro peregrinos opta por pernoctar en el concejo. El trabajo realizado por el investigador local José Antonio Vega, que puede consultarse en formato de guía, revela que en 2016 pasaron por el municipio algo más de 2.000 personas, bien camino de Santiago o solamente en ruta hacia San Salvador. "Apenas el veinticinco por ciento pernoctaron en el albergue de La Peña y otros pocos visitantes hicieron uso de pensiones y fondas, siendo casi residual el uso de hotel", explica el autor del estudio.
Las pernoctaciones en Mieres son escasas debido, según el trabajo de Vega, a que "el peregrino suele pernoctar en Lena y, desde allí, continua hacia Oviedo, haciendo así una etapa dura y larga". El escrito sostiene que de cara al futuro, desde el municipio se debería trabajar para lograr que se instalase el hábito entre los peregrinos de hacer en la comarca un doble tramo Pola de Lena-Mieres y Mieres-Oviedo, "haciendo de esta forma dos etapas cortas con lo cual el viajero tendría tiempo de ver muchas cosas sencillas pero interesantes y que están en la historia de Asturias e incluso de España".
