"En Madrid hay un palacio y en el palacio un hotel. Y en el hotel una neña que la llamen Isabel".

Es el inicio de la canción "Romance de la neña Isabel", de Marisa Valle Roso. Y sólo ella puede cantarla mejor de lo que la cantaron ayer los alumnos del colegio La Llamiella de Riaño. Los chavales llevaban un trimestre preparando su actuación, dentro de una actividad que impulsa el departamento de asturiano. Y tuvieron un público de excepción. La propia Valle Roso acudió a la escuela para dirigirlos. Antes, tuvieron una charla en la que ella les habló de su amor por la tonada. El objetivo principal era poner en valor el uso de la llingua y el conocimiento de la cultura asturiana a través de la música. Pero también sirvió para despertar vocaciones. Los niños estuvieron encantados con Valle Roso, que firmó un centenar de autógrafos. Para la cantante, el día fue "inolvidable".

Marisa Valle Roso hizo un hueco en su agenda para acudir al centro. Y eso que está apretada, porque está en plena gira "Consciencia" (que incluye un concierto en el centro deportivo Juan Carlos Beiro, el día 28 de abril). El aplauso cuando llegó la cantante fue grande. También la lista de preguntas que tenían para hacerle. "¿Ser cantante era tu sueño?". La respuesta que más emocionó: "Sí, es mi sueño. Y, como yo, podéis cumplir vuestro sueño si de verdad creéis en vosotros y sois constantes", respondió.

Animados por las palabras de Valle Roso, los chavales salieron al patio para sorprenderla. Héctor Teijeiro, maestro de asturiano en el centro, estaba un poco nervioso: "Llevamos un trimestre entero trabajando sobre la canción para la actuación de hoy", señaló. Los más pequeños se aprendieron algunas estrofas y los mayores (cuarto, quinto y sexto curso), se sabían el tema al dedillo. "Esta es una actividad un tanto diferente para hacer que la lengua asturiana sea elegida como alternativa. Apostamos por actividades que los entretengan, sin quitar la labor educativa que tenemos que hacer", añadió Teijeiro.

Uno, dos, tres. Un coro con decenas de chavales empezó a cantar. Mejor entonación, casi imposible. No tardaron en tener una maestra de lujo, porque Valle Roso enseguida se unió a ellos: "Siempre siento el calor y el cariño, cuando estoy con un público de casa", afirmó.

Los chavales no podían estar más entusiasmados. La abrazaron, la vitorearon, chocaron sus manos e hicieron una larga fila para pedir autógrafos a Marisa Valle Roso. "Ha sido genial, es súper maja", aseguró el joven Daniel Vega. En la cola también estaba Ilenia Quintana, que se declara "fan de Marisa". "No conocía su música hasta que hicimos esta actividad, pero me pareció una cantante muy buena y una chica muy simpática", aseguró. De mayor, dice, quiere ser como ella. Aunque aún no ha decidido si empezará por la tonada: "Me gusta cantar en asturianu y en castellano", aseguró. Lo tienen más claro sus compañeros José Ramón Hernández y Yeremi Domínguez. Al primero le gusta el flamenco y al segundo el reguetón: "La tonada no nos gusta mucho pero Marisa canta muy bonito", coincidieron. Diego Salazar sorprendió, para bien, a Valle Roso con su interpretación de "La Isla del amor".

Les devolvió todo el cariño. Marisa Valle Roso dedicó cerca de una hora a los autógrafos, ningún niño del colegio La Llamiella se fue ayer a casa sin una firma con dedicatoria personalizada. Como la que llevaba Adrián Jiménez: "Con cariño para Adrián, que la música te acompañe en todos los momentos de tu vida". El chaval, reconoció, empezó ayer a plantearse si su vocación es ser cantante.