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Flores Chaviano: "Cuando compuse 'Nife' no conocía la mina, pero sí el dolor de la muerte"

El compositor y director de orquesta cubano ofrece un taller en el Conservatorio: "Quiero que los alumnos se apasionen"

Flores Chaviano, con los alumnos del taller, ayer de tarde, en el Conservatorio Manuel Fernández Rodríguez, "Jaurés". FERNANDO RODRÍGUEZ

La funda de esa guitarra llega un poco cansada. Pero la sujetan unas manos que nunca pierden compás. Son las manos del maestro Flores Chaviano (Calibarién, Cuba, 1946): compositor, profesor, guitarrista y director de orquesta con reconocimiento internacional. Llegó ayer al Conservatorio Manuel Fernández Rodríguez "Jaurés" (Valle del Nalón), donde inició un taller de guitarra que se prolongará hasta mañana, tras varias horas de autobús desde Madrid. Dice que a la comarca del Nalón siempre llega con sonrisa, porque "de aquí guardo grandes recuerdos". Algunos tan emocionantes como el estreno del réquiem minero "Nife".

Chaviano compuso esa pieza en 1995, tras el accidente en Nicolasa en el que perdieron la vida catorce mineros, y después de que un derrabe segara la vida de otros cuatro hombres. Dice que nunca antes había visto partitura en la que pusiera tanta carga emocional: "Cuando compuse 'Nife' no conocía la mina, pero sí el dolor de la muerte".

Aún faltan unas horas para impartir el taller en el conservatorio. "Habrá clases individuales para escuchar a cada alumno, también lecciones en grupo en las que yo también tocaré", aclara. Lleva décadas siendo profesor y, dice, su objetivo se mantiene intacto desde la primera lección: "Quiero que los alumnos se apasionen, despertar su amor por el instrumento y su deseo de proyectarse a través de él en el futuro". El amor por la música y por la guitarra, que Chaviano ya tenía presente en aquellas primeras clases en su ciudad natal de Caibarién. Allí tuvo como profesor al maestro Pedro Julio del Valle y perfeccionó sus conocimientos en la Escuela Nacional de Arte (ENA) de La Habana con el maestro Isaac Nicola, fundador de la actual Escuela Cubana de Guitarra.

Siempre la guitarra, "me la llevo a casi todas partes", y una partitura para crear. Mira una hoja en blanco y recuerda la llamada de Manuel Paz (ahora director de la Orquesta de Cámara de Siero, entonces de la del Nalón) para encargarle que compusiera el réquiem minero: "Sabía de los accidentes, del ambiente de dolor que vivían en ese momento las Cuencas", afirma el compositor. Puso el alma, por las familias por encima de todo. "Nife" le dio muchas satisfacciones, la mayor ver la cara de los padres de aquellos mineros cuando la escucharon: "Estaban realmente emocionados, siento que les pude hacer un regalo, que quizás alivié un poco su pena".

Fue uno de sus éxitos como compositor, ni de lejos el único. Está considerado uno de los creadores cubanos más importantes. Ha recibido encargos de la Fundación Princesa de Asturias, Radio Nacional de España y el propio Conservatorio del Nalón, entre otros. Asegura que "siempre me emociona escuchar una de mis canciones". Sobre todo cuando la tocan orquestas de todo el mundo: desde la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), Academia de Gdansk en Polonia o la Orquesta Simón Bolívar de Caracas. El maestro a la guitarra, también acumula recuerdos imborrables. Uno de ellos, quizás el mejor, cuando actuó en el patio de los Arrallanes de Granada. Fue dentro del Festival de Música y Danza de Granada, un homenaje a Heitor Villa-Lobos: "¿Sabe? Justo hace poco lo pensaba, fue un concierto muy emocionante".

Se nota que no hay actuación que le deje impasible, que todos los días son buenos para la música: "Ni es complemento ni es un valor, forma parte de todas las personas. Educa, crea personas con inquietudes". Un bien más necesario que nunca, añade. Antes de despedirse: "Recuerde que el viernes (por mañana) ofrecemos, alumnos y profesor, un concierto". Será a las 19.30 horas, en el conservatorio.

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