La Escuela Politécnica de Mieres acogió hace unos días un "mapatón" solidario en colaboración con Médicos Sin Fronteras donde unos cuarenta voluntarios cartografiaron distintas zonas de la República Democrática del Congo y Sudán del Sur que no cuentan con mapas detallados. Los voluntarios tenían que encontrar aldeas, caminos y ríos que después utilizará la organización en sus proyectos. Al frente del "mapatón" se encontraba el avilesino Carlos Javier Francisco Cabello, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras, que dio cuenta de la importante ayuda que supone la organización de estos eventos, sobre todo por las dificultades que se encuentran a la hora de llevar la ayuda humanitaria.

- ¿Cuándo empezó su relación con Médicos Sin Fronteras?

-Mi primera misión fue en 2007, en Etiopía, era un proyecto para una de las enfermedades olvidadas, la leishmaniasis visceral o kala azar que afecta a los humanos y que realmente, como no es una enfermedad que afecta en Occidente, los tratamientos son muy caros y no son accesibles para las poblaciones que lo sufren en África. Tratábamos de apoyar a los hospitales con el tratamiento gratuito de esta enfermedad.

- ¿Cuál era su labor?

-Estaba como logista, dando apoyo al proyecto, para garantizar dentro de nuestras posibilidades que todo el equipamiento médico funcionara, que se pudieran hacer los transportes, las actividades de apoyo logístico.

- ¿Cómo surgió entrar en Médicos Sin Fronteras?

-Fue un poco porque sentí la necesidad de apoyar activamente o de ayudar activamente a la gente que vemos por televisión que tienen necesidades tan grandes. Siempre había tenido esa inquietud, pero cuando me decidí a dar el paso fue al ver la crisis de refugiados en Darfur, en Sudán, con cientos de miles de desplazados en una zona desértica, ahí me impliqué activamente en la ayuda humanitaria.

- ¿Y engancha?

-Es muy duro, por las situaciones que se viven allí y estar inmerso en tanta necesidad, muchas veces con recursos limitados y casi siempre con problemas de acceso. Y es que aunque tengamos los recursos y la gente, muchas veces no podemos acceder a las zonas por cuestión de acceso físico, o porque hay un conflicto armado y no podemos acceder por cuestiones de seguridad. Ves situaciones muy duras y, a la vez, muy reconfortantes, sobre todo cuando consigues implementar el proyecto y ves cuánta gente pasa por los hospitales y el beneficio que obtienen de esos hospitales, es muy reconfortante. Siempre pongo el ejemplo de los centros nutricionales, entran los niños en unas situaciones muy malas de malnutrición y de malaria, niños que pesan tres o cuatro kilos, que los ves que en cualquier momento se pueden morir, y tres semanas después, cuando reciben el tratamiento adecuado, están corriendo por el hospital y ríen, eso compensa mucho todo el esfuerzo que supone.

- ¿En cuántos países ha estado?

-Han sido entre diez y doce países, he repetido alguna vez porque desgraciadamente los países que sufren una emergencia humanitaria, suelen sufrir más de una, entonces tenemos varios proyectos y repetimos varias veces las misiones. Yo sobre todo he trabajado en la zona del África central, en Congo, en República Centroafricana, Sudán del Norte, Sudán del Sur, Siria.

- ¿Duran mucho las misiones?

-Normalmente son misiones de entre seis meses y un año. La última que hice fueron más de dos años y viniendo a Asturias cada tres meses una semana de vacaciones y luego cada seis meses un poco más, o un mes al año más o menos.

- ¿Para qué sirven los "mapatones" como el que se ha organizado en Mieres?

-Si pensamos en cómo visitábamos una ciudad desconocida hace quince años, antes de google maps, llegabas en coche a la ciudad y te perdías porque no sabías por dónde ir. Ahora mismo, con google maps llegas donde quieras. Nosotros nos encontramos con la misma situación inicial en estos países donde trabajamos porque no hay ningún mapa. Queremos llegar a una zona que hemos oído que hay una epidemia de cólera con mucha mortalidad y sabemos dónde empieza la carretera pero es muy difícil para nosotros saber qué medios vamos a necesitar, cuánto tiempo vamos a tardar en llegar y qué nos vamos a encontrar allí, cuánta población vamos a poder encontrar. Eso nos limita el intentar llegar a un sitio con los camiones cargados de ayuda humanitaria, que la carretera no esté en las condiciones que nos habían dicho y quedarnos bloqueados un día, dos días, hasta que encontramos otra forma de pasar. Es fundamental saber cómo vamos a poder acceder, cuánta gente nos vamos a encontrar y tener idea de qué tipo de intervención vamos a hacer. No es lo mismo tener cinco aldeas con 20.000 personas a tener treinta aldeas con 150.000, la intervención humanitaria cambia completamente.

- Supongo que a veces no saben ni en qué medio pueden llegar.

-Claro, cuando está mapeado sabes si te vas a encontrar ríos grandes o cómo son, y eso te permite saber si puede circular una canoa grande o no, es fundamental para que los recursos que usamos se empleen de una forma efectiva, porque lo que nos interesa es llegar cuanto antes, porque cuanto antes lleguemos, más vidas vamos a poder salvar. Por ejemplo, ahora vamos a Sudán del Sur, no sé cuánto será el presupuesto, pero a lo mejor ronda los 20 millones de euros, cuanto más de esto llegue en medicinas y comida a la población porque hemos gastado menos en transporte, mejor. Ese es nuestro objetivo, minimizar los gastos logísticos para que realmente la mayor parte de la ayuda se vaya a la población, que es lo que hace falta.

- ¿Cómo es el proyecto del Congo?

-Ahí ya tenemos un proyecto establecido con lo que ya tenemos cierta idea del área, pero queremos abrir una nueva estrategia que es hacer las distribuciones de la medicación para la malaria y tener los agentes de salud comunitaria en los pueblos. Con los mapas, podremos saber dónde están esos pueblos para decidir si vamos a necesitar veinte, treinta o cuarenta agentes de salud comunitaria y cómo llegar a esas aldeas, si vamos a poder distribuir en coche, en todo terreno o si vamos a necesitar más motos, más canoas para hacer llegar la ayuda hasta allí. Toda la información que se saque en el "mapatón", en cuanto se valide, se comenzará a utilizar en una semana.

- La otra misión es en Sudán del Sur.

-Sí, es un proyecto alimentario, es distinto al del Congo, que lleva muchos años en guerra. En Sudán del Sur empezó en 2013 una guerra muy violenta, con mucha intensidad y que produjo un desplazamiento masivo de población, muchas veces completamente fuera de sus zonas normales de pastoreo. Son sobre todo poblaciones pastoriles, y esto produce que pierdan todos sus recursos y sean completamente dependientes de la ayuda humanitaria. El problema de Sudán del Sur es que es muy difícil moverse por tierra, sobre todo durante la época de lluvias. Así podemos conocer de un desplazamiento porque un grupo ha sido atacado, pero nos es muy difícil llegar allí o buscarlos porque no podemos desplazarnos en coche ni tenemos tantos barcos como para desplazarnos.

- ¿Y qué hacen?

-Mandamos el equipo en helicóptero, para eso es imprescindible saber cuánta gente vamos a tener cuando lleguemos, porque eso nos permite saber cuánto personal médico vamos a llevar, cuántas medicinas y cuántos alimentos, esa es nuestra principal dificultad en Sudán del Sur. Estuve allí en 2014 y la información que teníamos era por la gente que estaba desplazada que decía que por ejemplo, en tal sitio que está a dos horas andando hay 200 familias, y eso era un poco lo que nos permitía hacer nuestro mapa en papel, escrito a mano muchas veces y luego al ordenador, para poder planear las intervenciones.

- ¿Por qué no hay mapas de esos sitios?

-Porque no interesa, google maps es comercial y está muy concentrado en donde está la gente, lógicamente no les interesa tener información de los desplazados en Sudán del Sur porque no hay beneficio. Y los propios países, o están implicados en el conflicto, como en el caso de Sudán del Sur o, en muchos casos son generadores de desplazados. Otros no tienen recursos como otros países para invertir en estas herramientas, ya que es un tema fundamentalmente financiero. A las empresas que hacen mapas no les interesa mapear esas zonas.

- ¿Quién podrá usar estos mapas?

-La información queda abierta y accesible para todas las organizaciones humanitarias porque el objetivo no es que lo podamos usar nosotros, sino que todos los agentes humanitarios lo usen. Nosotros queremos que la población reciba ayuda humanitaria, cuanta más gente vaya, mejor.