La colocación de la malla de protección en el talud de Anzó (Sobrescobio) ya está en marcha. Los operarios iniciaron ayer la labor en la ladera en la que se produjo el argayo que corta el Corredor del Nalón (AS-117) desde el pasado 22 de marzo. El desprendimiento obligó a la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente a habilitar un paso provisional para los vehículos al quedar el concejo de Caso prácticamente aislado.

En los últimos días, tras finalizar el saneamiento del talud con una retroexcavadora de grandes dimensiones, se inició la colocación de los puntos de anclaje y sujeciones de patín. Ayer, se inició la colocación del tendido de malla, que los operarios extendieron en parte del talud de arriba a abajo. Los trabajadores tendrán también que retirar la plataforma del material desprendido y el que acumularon para poder llegar a la cima de la ladera, de 50 metros de altura, progresivamente por capas de unos cinco metros de espesor, que es el alcance máximo de los citados carros.

Al tiempo que vayan retirando las rocas caídas sobre la carretera, se saneará la zona del talud que permanece actualmente tapada. En la superficie que quede entonces descubierta se colocarán los anclajes y la malla de protección al igual que en el resto de la superficie. Los diferentes equipos de trabajo tendrán que coordinarse para acometer estas actuaciones en el talud de la carretera AS-117 (Riaño-puerto de Tarna) afectado. Cuando todas las rocas desprendidas sean retiradas de la vía quedaría la evaluación por parte de los técnicos de la Consejería de Infraestructuras del grado de afectación que ha sufrido la calzada con el desprendimiento. De las tareas que sean necesarias dependerá el plazo fijado para reabrir el Corredor del Nalón.

En principio se prevé que sea preciso reponer el firme, los sistemas de contención y señalización, además de reparar la escollera ubicada bajo la carretera por el margen derecho, al lado del cauce del río Nalón. El análisis que se realice cuando se retire el material acumulado dictará si serán necesarios más trabajos o si son suficientes los previstos ahora.

Cuando los vehículos puedan circular de nuevo por la AS-117, la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente procederá a desmontar el paso provisional que se habilitó estas últimas semanas. Para ello el Principado tuvo que pedir autorización a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ya que el acceso cruza el río en dos ocasiones y discurre paralelo al cauce.

En las primeras jornadas, los vecinos sólo disponían de una senda peatonal para salvar el argayo. La otra alternativa era utilizar la carretera de la Collá d'Arniciu, de 33 kilómetros, que se tarda en recorrer aproximadamente una hora.