¿Se imaginan poder coger buena parte de la nieve que ha caído esta temporada sobre las estaciones de esquí, acumularla en silos, y guardarla para el próximo invierno? Pues esta técnica, que lleva años haciéndose en otras estaciones de Europa ha llegado a España de la mano de la estación de Candanchú, en el pirineo aragonés. Sin embargo, los complejos asturianos de Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno no podrán adherirse a esta experiencia, entre otras cosas, por falta de espacio en la zona alta de la montaña en la que poder acumular la nieve para reutilizarla al invierno siguiente.
Los pioneros en el uso de esta técnica están en Finlandia. Fue la estación de Ruka, de apenas una veintena de kilómetros, la que impulsó el sistema del "snowfarming", que traducido al castellano sería algo así como "cultivo de nieve". La idea es apilar el blanco elemento en silos o depósitos, y protegerlo con diferentes materiales del sol del verano para poder reaprovecharlo en el invierno siguiente, partiendo ya con una importante capa que se afianzaría con las nevadas. Tras la finlandesa, no son pocos los equipamientos invernales europeos que han apostado por esta técnica, que con el paso de los años ha ido avanzando. Francia o Alemania son países que ya se han apuntado al "snowfarming".
En España, la estación invernal de Candanchú, en el pirineo aragonés, ha sido la primera en intentar llevar a cabo una experiencia de este tipo. En concreto, el complejo aragonés ha construido un depósito de 12.000 metros cúbicos de nieve, con unos ocho metros. La nieve se apila con máquinas y palas, formando depósitos elevados que, posteriormente, se tapan. Aunque las técnicas del "snowfarming" han ido avanzando, Candanchú ha optado por cubrir la nieve con paja. Sus gestores esperan salvar al menos la mitad de la cantidad guardada.
En el caso de Asturias, los expertos consultados afirman que es prácticamente imposible llevar a cabo esta técnica. Hay varias razones, pero la principal es la falta de espacio. "La nieve hay que acumularla en la zona alta de la montaña, ya que posteriormente se tiene que repartir de arriba hacia abajo, y tanto en Pajares como en Fuentes no habría un sitio idóneo para ello", explican. Más allá de esta circunstancia, también están los costes, que se suponen bastante elevados.
Otro de los inconvenientes es el clima en Asturias. "Aunque pudiera parecer extraño, la nieve se guarda en estaciones en las que vienen inviernos fríos y suele haber precipitaciones. En el Principado, hay muchos meses de noviembre y diciembre, más aún en los últimos años con temperaturas bastante altas para la época, por lo que en el momento que se tratara de extender la nieve, apenas duraría unos días", explican las fuentes consultadas. Asturias es tierra de cultivos, pero la nieve no será uno de ellos.
