Si nada ni nadie lo remedia, el 31 de diciembre de 2018 será el último día en el que se saque carbón de las minas españolas. La Decisión 787 de la UE, firmada en el año 2010, supone que todas las explotaciones no rentables deben cerrar, y aquellas que logren ser viables económicamente, deberán devolver las ayudas a la producción recibidas, lo que hace casi imposible la continuidad de ninguna. Y entre ellas se encuentra Hunosa, que aún tiene más de 1.000 mineros en plantilla, además de los trabajadores de las subcontratas, que elevarían esta cifra a casi 1.600 empleados. ¿Cuál será su futuro? Para algunos, los menos, la prejubilación. Para la mayoría la incertidumbre. Los sindicatos mineros entienden que el futuro pasa por seguir extrayendo carbón, ya que en caso contrario, la empresa no podría dar trabajo a toda la plantilla y mucho menos a las subcontratas.

Según los cálculos que barajan los sindicatos, a día de hoy, en Hunosa hay un total de 1.061 trabajadores. Durante lo que resta de año, se prejubilarán 39 trabajadores más, con lo que a 31 de diciembre, la hullera todavía tendrá una plantilla superior al millar (1.022). El plan social de prejubilaciones llega hasta 2020, cuando quedarían todavía 848 trabajadores en activo.

El futuro de los trabajadores es incierto. Parece poco probable que la Unión Europea dé marcha atrás y permita la continuidad de explotaciones sin tener que devolver las ayudas. En este contexto, los mineros deberán ser recolocados en otras tareas. Por un lado, parte de la plantilla podría dedicarse al cierre ordenado de cada explotación, ya que las labores de desmantelamiento de las minas requieren de trabajadores especializados. En el caso de Hunosa, y en la peor de las situaciones, son tres los pozos que habría que desmantelar.

El resto de operarios que no se destinen a estas labores deberán incorporarse a otras tareas dentro de la empresa, que tiene varios frentes abiertos para seguir con su actividad. La empresa pública está apostando fuerte por la rama energética, con divisiones en geotermia, biomasa o biogás, donde con un reciclaje estos trabajadores de la empresa podrían acabar.

También habría que contar con los trabajos que se desarrollan en el campo de la restauración de explotaciones para su posterior uso como bien turístico. Labores que Hunosa desarrolla a través de sus filiales y que no solamente realiza en Asturias, sino también en otros lugares del país, como hizo recientemente en explotaciones en Almería y Cuenca.

Sin embargo, las centrales prevén que también haya que afrontar salidas traumáticas, puesto que entienden que sin la extracción de carbón, en las divisiones actuales de Hunosa no habría cabida para el millar de trabajadores actual. Una situación que afirman que no van a tolerar y a la que se van a oponer frontalmente. Una cuestión a tratar en el próximo plan de empresa, ya que el actual expira el 31 de diciembre.

A todo esto hay que sumar también los trabajadores de la subcontratas, que de acabarse la extracción de mineral serían con casi toda probabilidad los primeros en "caer". En el mes de marzo pasado, Hunosa tenía 223 trabajadores de empresas subcontratadas para labores de interior y otros 314 para exterior. En total, otros más de medio millar de empleos en el aire.