Las rocas que mantienen cortado el Corredor del Nalón desde el pasado 22 de marzo se utilizarán, una vez transformadas en gravilla, para reparar los caminos y carreteras de Caso y Sobrescobio, los dos concejos afectados por el gran desprendimiento que afectó a la ladera de la montaña a la altura de la localidad coyana de Anzó. Así se lo ha transmitido la Consejería de Infraestructuras a los alcaldes de los dos municipios que integran el parque natural de Redes. La previsión del Principado es contar con una instalación provisional en el polígono de Comillera que permita aprovechar las rocas como grava.

El argayo del Corredor de Nalón, que mantuvo aislado prácticamente a Caso durante semanas, dejó una gran cantidad de tierra y rocas de gran tamaño sobre la carretera. Esas piedras fueron aprovechadas para hacer una plataforma que permitiera a las máquinas retroexcavadoras llegar a la parte alta de la ladera (a unos cincuenta metros) para sanearla. El siguiente paso, después de la estabilización del talud mediante mallas de contención, será la retirada de la rocas que bloquean la calzada, unas piedras que servirán para la mejora de vías de comunicación en Redes.

Ahorro

"Lo que nos comentaron fue que tenían intención de instalar un molino para transformar las rocas en gravilla y que los dos ayuntamientos afectados pudiéramos utilizarla en la reparación de caminos", indicó Marcelino Martínez, alcalde de Sobrescobio, que también aludió al importante ahorro que esa medida supondrá a la hora de adquirir materiales. "Para nosotros eso es oro molido, porque es algo que tiene un coste importante. Podrían utilizarlo directamente los servicios municipales o también podríamos cederlo a los vecinos para la organización de sextaferias", indicó el regidor coyán.

En una línea similar se manifestó el alcalde de Caso. Miguel Fernández. "La idea era que el molino estuviera en Comillera y pudiera suministrar gravilla para obras de reparación, reaprovechando la rocas desprendidas por el argayo. Se trata de un gran volumen de materiales acumulados en la carretera y que, además, son de buena calidad, como ocurre con la cuarcita. A nosotros no vendría muy bien para las obra municipales", añadió el representante municipal.

Una vez retiradas la rocas de la vía también será necesario sanear la zona baja de la ladera, cubierta ahora por la acumulación de piedras. En ese momento, se analizará el estado de la calzada para decidir si es preciso acometer algún tipo de obra más en el firme de la calzada.