La Fiscalía del Principado de Asturias solicita seis meses de cárcel para la cuidadora de un perro que tuvo que ser sacrificado en Riaño por su mal estado físico "debido a su situación de abandono por falta de atención". La vista se celebrará hoy en el Juzgado de lo Penal número 1 de Langreo.

Según el ministerio fiscal, la acusada trabajaba como cuidadora en un domicilio de una vecina de la localidad de Riaño, que era propietaria de un perro llamado "Dandi", que tuvo que ser sacrificado el 5 de julio de 2016 ante el mal estado físico que presentaba, "con evidente estado de deshidratación, varias heridas infectadas de distinta evolución, ojo izquierdo supurando y lleno de costra, y caminado con dificultad tras haber perdido abundante masa muscular, todo ello ante la ausencia de los cuidados necesarios por parte de la acusada". La propietaria del animal ha renunciado a cualquier indemnización que pudiera corresponderle.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de maltrato animal del artículo 337.1 y 3 del Código Penal y solicita que se condene a la acusada a seis meses de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales durante dos años.

No es el primer caso de daños a animales en la comarca por el que se pide pena de prisión. En 2016, un hombre fue condenado a tres meses de por circular en coche por El Entrego con su perro atado a la parte trasera del vehículo. El fallo del juzgado de lo Penal de Langreo ordenó también que el acusado hiciese frente al pago de unos 7.000 euros para compensar a la asociación Anadel por los gastos veterinarios ocasionados y la estancia del animal en un albergue canino.

Los hechos tuvieron lugar el 8 de agosto de 2014, cuando el acusado trataba de llevar a su perro, un mastín de menos de un año, desde el barrio de San Vicente a una clínica veterinaria de El Entrego, situada a 1,5 kilómetros aproximadamente, para ponerle unas vacunas. Según declaró el hombre, que había sufrido un ictus poco antes del suceso, fue incapaz de subir al animal al vehículo, por lo que optó por amarrarlo con una cadena a la parte trasera de su vehículo. El perro sufrió múltiples heridas, entre ellas importantes abrasiones en las almohadillas plantares. El fiscal había solicitado 10 meses de prisión para el hombre, mientras que la acusación particular, ejercida por la asociación Anadel, elevó la petición a los 12 meses. La defensa reclamó la absolución de dueño de "Tom", rebautizado como "Nalón" por Anadel.

La sentencia indicó que el acusado sometió al perro "a un traslado con grave riesgo para su vida" y que el ictus sufrido poco antes por el hombre "no acredita que tuviera un trastorno o alteración psíquica de tal gravedad que le impidiese conocer el alcance de sus actos"