La Banda de Música de Mieres cambio ayer el compás para intentar salir de la grave crisis en que está inmersa. La junta directiva de la Asociación Mierense de Amigos de la Música, entidad de la que depende la agrupación, quiso sofocar la rebelión que protagonizan el grueso de los músicos de la formación en apoyo del despedido director, Antonio Cánovas. Los gestores de la entidad presentaron al nuevo responsable musical, Pablo Camblor, quien se hizo cargo de la situación dejando claro que no le temblará la batuta si llegado el momento debe atajar amotinamientos. Y es que la banda tiene hoy un concierto en Santa Marina en el que no se quiere dar la nota. La inmensa mayoría de los músicos están tremendamente molestos y totalmente en desacuerdo con la gestión de la junta directiva que preside Ramón del Llano, lo que podría desembocar en algún tipo de acto reivindicativo en público. La directiva, por su parte, sostiene que únicamente han atajado un "golpe de estado" evitando que la Banda pierda sus raíces y quede en manos de personas "de fuera del concejo que sólo miran por sus interesas profesionales".

La Casa de la Música acogió ayer un ensayo más que atípico. A las once de la mañana unos 40 músicos estaban en sus puestos esperando a la directiva para pedir explicaciones. Ramón del Llano y su vicepresidente, Fermín Álvarez, confirmaron el despido de Antonio Cánovas y presentaron a su sustituto. Los músicos, visiblemente descontentos, les lanzaron una sinfonía de reproches, preguntas y críticas a las que la directiva intento, sin ningún éxito, responder persuasivamente: "Lo único que buscaba (Antonio Cánovas) era el beneficio propio y su intención era propiciar un golpe de estado", señalaron Del Llano y Fermín Álvarez. Los músicos, que dejaron patente su total apoyo al director despedido, pidieron explicaciones concretas sobre los presuntas faltas cometidas por su ya extutor, bajo cuya batuta la Banda de Mieres ha crecido exponencialmente en la última década. "Simplemente era necesario un cambio", fue la respuesta.

La crisis que late en la Banda de Música podría decirse que tiene un doble detonante. Hay tanto un distanciamiento generacional como territorial. La mayoría de los músicos de la agrupación son jóvenes estudiantes del Conservatorio de Oviedo, donde imparte clases Antonio Cánovas. Apenas hay componentes del municipio: "La banda se formó esencialmente para dar cabida a músicos del concejo y, poco a poco, se ha ido apartando a la gente local", remarcó Fermín Álvarez. "Aquí nunca se le ha puesto trabas a la gente de Mieres", replicaron los músicos, que tiene el total convencimiento de que el despido del director responde únicamente a un desencuentro personal. Lo cierto es que hasta la propia directiva reconoce que se trata de "un buen profesional y una persona trabajadora". El problema, aparentemente, reside en que los impulsores de la Banda de Música de Mieres llegaron a percibir que Cánovas, más allá de su responsabilidad en el ámbito musical, pretendía hacerse con el control de la asociación. Así, 25 músicos se hicieron socios de la entidad de golpe y sin cumplir los requisitos. En marzo, la tiranteces explosionaron en el transcurso de una tensa asamblea en la que se intentó derrocar a la directiva, que, al sentirse acorralada, abandono la reunión. Luego llegó la inútil mediación del Ayuntamiento.

"La Banda seguirá adelante con total seguridad. Se ha cambiado, por así decirlo, al entrenador, que sólo pensaba en sí mismo y sus intereses profesionales, y las vacantes que surjan serán también cubiertas sin problemas", señaló Ramón del Llano.