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Cuatro décadas de himnos industriales

Los miembros de "El Aviador Dro y sus Obreros Especializados", comandados por Servando Carballar, revisaron su trayectoria musical en el marco del festival Fiasco

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Concierto de Aviador Dro en Mieres

A las 22.15 horas, un nutrido grupo de obreros, mutantes, cyborgs y robots plantaba cara a la final de la Champions League y buscaba refugio en el Auditorio de la Casa de Cultura de Mieres. Convocados por el Festival Independiente Asturiano sobre Comunidad Cultural (Fiasco) esperaban animados el arranque del concierto de "Aviador Dro" y su "revolución dinámica", una buena dosis de futurismo, dadaísmo y ciencia ficción. Ataviados con su look cercano al de las tripulaciones de naves espaciales que vemos en las películas de ciencia ficción, el grupo se presentó en formato quinteto, liderado por Biovac N (Servando Carballar), Arcoiris (Marta Cervera), Genocider F15 (Mario Gil), ATAT (Ismael Contreras) y CTA 102 (Alejandro Sacristán).

El set arrancó con fuerza y en la segunda canción ya cayó "Néstor el Cyborg" dejando claro que la tecnología y la ciencia se pueden utilizar de manera revolucionaria, y en su caso con el añadido de la música. El público sabía dónde estaba y tenía claro que acudir a un concierto de "Aviador Dro" no es solamente para mover las piernas sino para mover las neuronas. Algo que llevaron a la práctica al escuchar "Programa en espiral" que fue presentada por Carballar con un "todo se repite y repite" y haciendo un guiño territorial al modificar la letra y cantar "Asturias es hermosa vista desde arriba".

La música electrónica y las proclamas futuristas de "El Aviador Dro y sus Obreros Especializados" no dejaron indiferentes a ninguno de los asistentes y las ovaciones llegaron cuando el grupo presentó sus clásicas canciones; aquellas con las que ayudaron a desarrollar la imaginación y las perspectivas mentales de toda una generación que descubría una nueva democracia.

"Himno aéreo", sonó marcial y potente, incluyendo a Alepo entre las ciudades a visitar y con una bandera roja internacionalista de los anarquistas científicos. La versión de "Amor industrial" hizo bueno el lema "ni olvidar ni repetir" sonando compacta y actualizada. Por supuesto se oyó "Selector de Frecuencias", la imposible historia de amor entre un piloto y su aeronave, que no paró de sonar en todas las discotecas del país en el verano del año 1982. Y para demostrar que los ordenadores también comenten errores, hubo un corte en el que aprovecharon para proclamar "confía en tus máquinas".

El momento más punk y transgresor, desde la perspectiva de 2018, llegó cuando el público coreó "Nuclear sí, por supuesto", a menos de un kilometro de la central de La Pereda. Toda una actitud actual, teniendo en cuenta que la canción está al borde cumplir cuarenta años, ya que fue compuesta en el año 1979 cuando la banda daba sus primeros pasos. Un arranque que les llevó a crear DRO, una potente discográfica independiente en la que grabaron bandas como Gabinete Caligari o Loquillo y Los Trogloditas.

Al final regalaron "El retorno de Godzilla", un trallazo con CTA 102 disfrazado del mitológico bicho japonés y con Biovac N completamente desaforado en su interpretación, demostrando que "Aviador Dro han vuelto, y lo han hecho para quedarse". La verdad es que nunca se fueron.

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