Aquí la hazaña de A. M. B. S., vecino de Mieres de cuarenta años: el hombre fue detenido por robar en un coche y unas horas después, previo paso por la comisaría para declarar y ser puesto en libertad con cargos, le pillaron "in fraganti" mientras trataba de robar en el interior de un taxi. Es uno de los protagonistas de los arrestos que se han producido recientemente en Mieres. El otro es J. R. G. M., de 41 años y presunto autor de robos en tres establecimientos hosteleros de la villa minera.

El caso de A. M. S. B. se remonta a la madrugada del pasado 24 de mayo, cuando fue sorprendido por dos vecinos de la localidad mientras se encontraba revolviendo en el interior de un coche aparcado en el descampado de Oñón. El hombre había accedido al interior tras romper las ventanillas y dañar una puerta.

"Una vez inmovilizado, y antes de que llegara la dotación policial, el delincuente llegó a ofrecer dinero a los vecinos si le dejaban irse", explicaron fuentes de la Jefatura de la Policía Nacional de Asturias. Y aún más: dio a uno de ellos la posibilidad de recuperar el material sustraído de su furgoneta en un robo que había cometido unos meses atrás. Los dos vecinos se mantuvieron firmes y le retuvieron hasta la llegada de la Policía.

A. M. S. B. no bromeaba. Según afirmaron desde la Policía Nacional, "se comprobó que uno de los hombres había denunciado el robo de material del interior de la furgoneta. Además, en aquellas fechas, se produjeron otros cuatro robos en sendos vehículos.

La Policía tramitó el atestado correspondiente y A. M. S. B. fue puesto en libertad con cargos. Transcurrieron menos de quince horas hasta que el hombre volvió a las andadas: rompió la ventanilla de un taxi en la calle Ruiz Picasso. El hijo del taxista le persiguió hasta el Vasco y dio aviso a la Policía.

La detención de J. R. G. M. se produjo el 22 de mayo, tres días después de que el hombre entrara en un bar de la calle Pravia, al que accedió por el patio de luces. Se le imputan otros dos robos cometidos recientemente: la tentativa en la calle Teodoro Cuesta el 8 de mayo, en la que causó daños pero no llegó a llevarse nada, y otro en Requejo en septiembre del año pasado.