Con la entrada del verano, es práctica habitual que en los hospitales del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) se lleve a cabo la clausura de alguna planta, ya que se hace innecesario mantener todo el complejo abierto. Sin embargo, en el hospital Valle del Nalón esta decisión se tomó hace una semana. Fue algo "precipitado", tal y como denunciaron pacientes y sanitarios, ya que el cierre de esta planta colapsó las urgencias durante varios días. Tanto, que finalmente ayer se acabó abriendo de nuevo, volviendo la situación a la normalidad. Tanto usuarios como sanitarios mostraron sus quejas por lo ocurrido, ya que muchos pacientes, ante la falta de camas, tuvieron que aguardar en los pasillos. Los profesionales por su parte, se vieron sobrecargados de trabajo.

"Están todos los pacientes afinados en los pasillos esperando a que les den una habitación, ya que supuestamente no hay ninguna, pero sabemos que hay plantas cerradas", señalaba el martes una mujer que tenía a un familiar en Urgencias, señalando, además, que "es una vergüenza que las personas mayores estén en este estado teniendo que aguantar hasta corrientes de aire". Pero los usuarios no fueron los únicos que se quejaron, también llovieron quejas desde la junta de personal del hospital, así como desde los sindicatos, como el SIMPA y el CSIF, a través de sus delegados en el centro.

Tal y como señalaron estos últimos, el pasado martes había una veintena de pacientes pendientes de ingreso con una planta cerrada. Ayer por la mañana, el número se había reducido a 17, así que finalmente se abrió la mitad de la planta clausurada, aunque no fue suficiente. La situación no se estabilizó hasta casi la una de la tarde, cuando ya se había abierto la planta en su totalidad y sólo quedaban trece personas pendientes de ingreso. De hecho, y como habían apuntado desde el CSIF, "se está dando la paradoja de que hay pacientes en espera y camas sin ocupar, una situación ilógica". Desde el sindicato señalaron que "llevamos dos días -por el lunes y el martes- con una importante saturación del servicio de Urgencias, y el personal está sobrecargado de trabajo, hemos pedido soluciones a la gerencia, pero se están retrasando demasiado". Una opinión que también compartían desde el SIMPA, quienes destacaron que "es una situación incomodísima para el paciente, además de no tener intimidad ni nada, mientras que supone triplicar el trabajo tanto para enfermería como para los auxiliares".

No es la primera vez que el cierre de una planta en el hospital de Langreo afecta al desarrollo normal del área de Urgencias. También hace unos meses, desde la organización Facua-Consumidores en Acción se denunció la "saturación" y el "colapso" de este servicio, así como los "desmesurados tiempos" de espera que los pacientes deben asumir para recibir tratamientos o tener acceso a los especialistas. Sin embargo, desde Sanidad rechazaron las críticas, destacando entonces que el servicio de Urgencias "tiene unos tiempos de respuesta acordes con los de los hospitales de su tamaño y nivel de complejidad".