La sociedad cultural y gastronómica "La Pegarata" fue la promotora de la conferencia que con el título "Palacio Valdés y su universo lavianés" fue impartida por Álvaro Ruiz de la Peña durante un acto celebrado en el Cidan de Pola de Laviana y que contó con la colaboración del Ayuntamiento de Laviana y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

El miembro y relaciones públicas del colectivo organizador, Carlos Cuesta, puso de manifiesto al inicio de la charla, que "La Pegarata ha tenido a lo largo de su historia una especial sensibilidad con todo lo relacionado con el escritor, algo que ha quedado patente mediante la colaboración o en su caso organización de diversos actos de los que nos sentimos especialmente orgullosos". Cuesta, colaborador habitual de LA NUEVA ESPAÑA, subrayó que "nuestra voluntad es la de reivindicar la figura de Palacio Valdés, dada la infinita deuda de gratitud que Laviana tiene con el escritor" y puso encima de la mesa que "quizá sea el momento de que alguno de los centros escolares de nuestro municipio, lleve su nombre"

Álvaro Ruiz de la Peña, doctor en Filología Románica, fue, hasta su jubilación, profesor titular de Literatura Española de la Universidad de Oviedo y ejerció como director del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII. Inició su intervención asegurando que "en España la gente lee poco y tengo la sensación de que hay un conocimiento muy rudimentario de la gran generación de escritores contemporáneos a Palacio Valdés, como Pereda o Clarín". El ponente lamentó que en nuestro país, a la hora de leer, "solo se tengan en cuenta las novedades, sin importar quien las ha escrito" y que la más bien escasa adquisición de libros, "esté influenciada por el marketing, al margen de la calidad". También puso de manifiesto que "es imposible conocer la historia sin haberla leído".

"El escritor lavianés bebía de fuentes europeas y como es lógico, a lo largo de su longeva vida (falleció a los 85 años), atravesó diversas corrientes literarias y desarrolló una intensa carrera en la que derivó desde un anticlericalismo y antimilitarismo radical hacia posiciones más conformistas", destacó Ruiz de la Peña. Por otra parte, evidenció que si bien Palacio Valdés fue criticado por algunos escritores jóvenes que le consideraban "un escritor de algodón en rama, blando e insulso", en ningún caso se le puede tachar de reaccionario, "porque estaba al tanto de la política y de la realidad social de la época y tomó posturas claras a favor de asuntos tan controvertidos como la República o el voto femenino".

Paradójicamente, fue al final de su vida, cuando alcanzó el máximo esplendor social y cultural y literario, llegando a cotas de venta casi impensables para la época y siendo traducido a más de veinte idiomas, entre ellos, el finés. "Hay traducciones de la Aldea Perdida en japonés", declaró el conferenciante, al tiempo que insistió en la necesidad de "decirles a los niños y jóvenes que Laviana puede y debe presumir de contar con un escritor universal que era todo un crack".