Con la certeza de que apenas le quedan unos días en el cargo, la presidenta de Hunosa, María Teresa Mallada, defendió ayer el trabajo de su equipo directivo y el plan que han preparado para que la hullera pública tenga continuidad en el tiempo como empresa productora de carbón. Un proyecto que ya conocen tanto la SEPI como la Unión Europea, y que la aún máxima mandataria de la compañía insta a su futuro sucesor a seguir, entre oros motivos, porque no quedaría tiempo material (apenas medio año) para abordar un nuevo planteamiento de futuro. "El trabajo está hecho y lo pondremos en conocimiento de la nueva dirección de la empresa, porque este plan es la forma de garantizar la actividad extractiva y todo el empleo de Hunosa", señaló Mallada, ayer, en una visita al centro de tratamiento de biomasa construido en las antiguas minas de Lieres (Siero).

Mallada recordó que desde que entró en Hunosa -hizo referencia a la primera entrevista que concedió como presidenta en 2012, a LA NUEVA ESPAÑA-, "siempre dije que no concebía una Hunosa sin carbón". Y agregó que "es la idea de que esta dirección de Hunosa ha perseguido". "El sector del carbón necesita una transición energética en la cual se puedan desarrollar el resto de energías renovables, pero eso tiene que ir acompañado en nuestro caso de medidas para garantizar el empleo y es algo que nosotros perseguimos, y supongo que la dirección que vaya a tomar posesión dentro de unos días, también".

Mallada confirmó el plan de futuro adelantado por este diario. "Es un documento estratégico consensuado con la SEPI y se incluyen varias medidas, desde el desarrollo de las energías renovables, a rentabilizar instalaciones claves como es el lavadero del Batán o mejorar los resultados de La Pereda con actuaciones concretas, definidas y con planes de viabilidad", dijo, para continuar explicando cuál sería la cuadratura del círculo de este proyecto: el mantenimiento de la minería de interior.

"Habría la posibilidad de mantener alguna actividad temporalmente y de forma transitoria, alguna instalación subterránea de carbón", indicó la presidenta, para explicar que "con los estudios de nuestros pozos, es cierto que San Nicolás (Nicolasa, Mieres) es el que mejor resultados da". De hecho, supera la producción conjunta de Carrio y Aller. Además, todo el carbón de Nicolasa, unas 200.000 toneladas al año, ha ido en los últimos ejercicios para abastecer la central térmica de La Pereda, propiedad también de Hunosa.

Por ello, explicó Mallada "venimos trabajando con informes jurídicos en la idea de que el carbón que ha ido a La Pereda desde hace unos años no ha recibido ayudas". Una afirmación que Hunosa basa en que su térmica "no está en el Real Decreto número 134 de 2010, que especifica las centrales que han recibido ayudas. "La nuestra no ha sido ayudada", subrayó la presidenta.

"Los estudios, los tenemos y la posibilidad de que permanezca una mina de interior justificando que no haya tenido ayudas, pues también", apuntó Mallada, que a partir de ahí dejó el futuro en manos de la nueva dirección: "Es algo que pondremos en su conocimiento para que se luche por esa posibilidad". Y es que para la presidenta, la supervivencia del pozo Nicolasa, donde trabajan unos 300 trabajadores, sería la solución ideal para garantizar el mantenimiento total del empleo de Hunosa, que también sumaría los empleados de La Pereda, del lavadero del Batán, la postminería o la división de Nuevas Energías.

Nuevo Gobierno

Cuestionada sobre el futuro del carbón a tenor de las declaraciones pasadas de la nueva ministra de Energía, Teresa Ribera, contraria a los combustibles fósiles, Mallada se mostró cauta. "Hay que ser sensatos y cautos hasta que veamos por donde va a ir el Gobierno", señaló. "Nosotros en Hunosa hemos hecho todos los deberes, y una ruta a seguir, que si se mantuviera podríamos garantizar todo el empleo de la empresa respetando un periodo de transición energética".

Y es que para Mallada, España no puede estar al mismo nivel de Alemania en torno al fin del carbón y las térmicas. "Hace 50 años que empezaron", indicó. Por ello, finalizó, "nosotros necesitamos ese periodo en el que seamos capaces de mantener cierta producción de nuestro carbón y a la vez seamos capaces de compatibilizarlo con el desarrollo de las energías renovables".