Hasta cuatro corporaciones han vivido la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Mieres. Catorce años han pasado desde el que entonces alcalde, Luis María García, anunciase que se iniciaba un proceso para dotar de una nueva normativa urbanística. Ahora, después de que los últimos siete el bastón de mando estuviese en poder de Izquierda Unida, parece que el documento ya está cerrado. De hecho, las previsiones del gobierno local pasan por que el documento pueda aprobarse de forma inicial en un plazo de mes y medio o dos meses, una vez pase el plazo de alegaciones.

Según ha podido saber este diario, la empresa redactora del proyecto ya ha entregado el documento definitivo después de introducir las modificaciones preceptivas. El PGOU ya está en el Ayuntamiento de Mieres y, ahora, los técnicos de la casa deben ser los que le den un último repaso al documento y emitan sus informes tanto técnicos tanto jurídicos como económicos.

A partir de ahí, según explicó el vicealcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez, el Ayuntamiento deberá enviar el proyecto de la nueva ordenación urbana de Mieres a diversas entidades. "La ley nos obliga a enviar el plan a diversos organismos que se pudieran ver afectados por el mismo, como pueden ser la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, la Demarcación de Carreteras o Fomento", explicó el vicealcalde. En ese momento se abrirá un plazo de un mes para comprobar que todo está correcto o presentar alegaciones. En el primer caso, que suele ser lo más habitual, el gobierno local estaría en disposición de llevar el documento definitivo al Pleno para su aprobación inicial.

La gestación de la nueva normativa urbanística para Mieres ha conllevado un farragoso proceso de casi tres lustros, en los que se ha pasado desde por quiebra de la empresa redactora hasta por alegaciones de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA), que conllevó que el documento inicial tuviera que volver varias veces a revisarse y redactarse. Además, también el catálogo urbanístico requirió de varias modificaciones.

Por lo pronto, hay vecinos que esperan el nuevo Plan General de Ordenación Urbana como agua de mayo. En este caso, los de Requejo, que llevan años aguardando una nueva normativa para poder abordar rehabilitaciones en los inmuebles. El emblemático barrio mierense lleva más de dos décadas estancando y sin poder llevar a cabo reformas estructurales. El resultado es que muchas casas han resultado en ruina. Aún hay tiempo de salvar otras.