En los años 70 en cualquier descampado se organizaba un partido de fútbol. Muchas veces, para dar más emoción a la contienda se ponía en juego un trofeo que solía ser una botella de refresco que saboreaban los vencedores con regocijo tras ser "invitados" por los derrotados. En los cines se proyectaban películas como "El Padrino", "La Guerra e las galaxias" o "El Golpe" y en la radio se escuchaba a Nino Bravo o Burning. Revivir aquellos años es posible este fin de semana sin necesidad de recurrir a la imaginación. El recinto ferial de Santullano clausura hoy la III Feria de Cine, Música y Coleccionismo de Mieres. Quienes acudan a la cita se encontrarán, entre otras muchas cosas, como el cascos de vidrio de las botellas de refresco que ansiaban "trincar" de niños, con cromos de Quini o de Amancio, con carteles de antiguas películas y con discos olvidados y otros inolvidables de grupos españoles e internacionales. Y todo a la venta, aunque la opción del intercambio también es perfectamente posible.

El certamen ha reunido este año unos 20 stands. Tras el mostrador de unos de los está Fernando López, un gallego que regenta dos tiendas dedicadas al coleccionismo en La Coruña. Sale poco a ferias, pero la de Mieres no se la pierda: "Funciona muy bien y he hecho amigos aquí. Solo vengo a esta y una que se organiza en Madrid", explica. Ofrece casi de todo. Reconoce, casi resignado, que el deporte es lo que más interés suscita. En su caso, la pieza más codiciada que tiene a la venta en Mieres es un álbum del Mundial-82 que se encuentra en muy buen estado. El precio podría rondar los 200 euros: "El coleccionismo ha sufrido un bajón importante y la gente busca bueno y barato, y eso es muy difícil de compaginar en todos los aspectos de la vida". López percibe que las prioridades cambian según oscila la realidad económica. "La mentalidad ha cambiado desde la crisis. La gente se siente insegura en lo económico y eso afecta mucho al sector", afirma.

El mierense Francisco Jurado tienen en su casa una colección de 14.000 programas de cine. "Empecé con 7 años. Mi güelina tenía programas en una mesita y me quedé con ellos. Así empecé y aún sigo", explica de la mano de su nieta. "El mercado del cine es muy especializado. Hay gente que busca dos o tres horas para ver si encuentra algo que le interesa. Se pueden pagar 200 o 300 por alguna joya de los años 30 o 40". Quien buque recuerdos más económicos puede conseguir, por ejemplo, un almanaque de los años 60. Un viaje en el tiempo por 3 o 4 euros: "Me encantan. Tengo varios cientos, pero nada de chicos o chicas con poca ropa, sólo paisajes y sitios bonitos", apunta con humor María Dolores Vázquez, de Riaño.

La feria echará esta tarde el cierre tras tres intensos días. A lo largo de la jornada habrá diversos talleres y se proyectarán varias películas "La Torre de Suso" y Cenizas del Cielo", ambas rodadas, ambas rodadas en la comarca del Caudal.