La plantilla de la mina de La Encarná estaba integrada "en septiembre de 1968, un año antes de su integración en Hunosa que llevó aparejado su cierre, por 375 hombres y catorce mujeres, de las que doce eran carboneres" y dos se ocupaban de las tareas de limpieza. Ante el monumento de Les Carboneres, Melchor Fernández Díaz, exdirector de LA NUEVA ESPAÑA e hijo predilecto de San Martín del Rey Aurelio, leyó uno a uno el nombre de las últimas mujeres que trabajaron en la explotación para "simbolizar en ellas el homenaje que por su entrega, su sacrificio, su profesionalidad, y en suma que por su ejemplo, merecen les carboneres, todes les carboneres", indicó el pregonero del XIV Homenaje a las mujeres que trabajaron en la explotación del carbón de La Encarná.

El monumento, inaugurado en 2004, reconoce, subrayó Melchor Fernández, "a aquellas bravas mujeres que ya en 1914 supieron hacer aquí, en La Güeria, una huelga para defender sus derechos y que no escatimaron nunca su esfuerzo para sacar adelante a los suyos". En Asturias, las féminas "se incorporaron al trabajo minero desde el primer momento", destacó el periodista de El Entrego, que aludió a la novela "Germinal" de Émile Zola, ambientada en Francia y que "ahonda en todas dimensiones de la minería". En ella se muestra a las mujeres trabajando en el interior de la mina, lo que ocurría al principio, pero "la legislación acabó por situar su puesto de trabajo en el exterior de las explotaciones, relacionado con la producción extraída en la mina".

Entre las carboneras, comentó Melchor Fernández, había sobre todo dos tipos de trabajos: las escogedoras, que tenían entre sus funciones la de separar los trozos de pizarra que estaban mezclados con el carbón, y las paleadoras, que descargaban los vagones utilizando palas. Ambas estaban, resaltó, "en el extremo inferior del abanico salarial". Se calcula que en los años sesenta del siglo XX "mil mujeres trabajaban en el exterior de la mina, la mayoría como carboneres y es fácil imaginar que en épocas anteriores había muchas más", apuntó. De su labor quedan muchos testimonios fotográficos. Una de las carboneras de La Encarná, Pilar Laviana, de 93 años, realizó la ofrenda floral en el acto organizado por la asociación cultural de Amigos del Valle de La Güeria. "Era un trabajo muy duro, con muchas horas y mojándonos", aseguró ante el monumento que reconoce su trabajo y el de sus compañeras.