La sociedad de cazadores que gestiona el coto de Mieres reclama a Hunosa una actuación urgente para que cierre las chimeneas pertenecientes a antiguas minas de montaña que se encuentran localizadas en diferentes montes del municipio y alrededores. Los responsables de la entidad ya advirtieron hace un año a la entidad publica de la necesidad de tapar estos peligrosos agujeros. La petición fue asumida por Hunosa, pero doce meses después no se ha hecho nada.

Los cazadores no sólo mantienen que es necesario cubrir los pozos, además remarcan que es imperioso actuar con "diligencia y prontitud". Y es que si hace un año apuntaban que habían detectado unas 30 chimeneas sin cerrar, ahora estiman que el recuento debe situarse en torno a las setenta, el doble de las calculadas en un inicio. "Casi seguro que son muchas más", apunta el colectivo. "Algunos de estos agujeros tienen hasta 200 metros de profundidad, por lo que si alguien se cae se puede prácticamente despedir", señala Antonio Martínez, presidente de la sociedad de cazadores. La mayoría de estos pequeños viejos pozos de montaña que fueron abandonados se encuentran en Carraspientes, la Hueria de Urbiés, Villando, La Riquela, Nicolasa y Olloniego. Los cazadores llevan desde la puesta en marcha del coto de caza local, hace ya cerca de tres lustros, localizando estos pozos y marcándolos. Esto no ha evitado que se hayan producido algunos accidentes, aunque sin verse involucradas personas. El último fue hace poco más de un año cuando se cayó dentro de una chimena un perro en la zona de Villandio. El animal llevaba un localizador por GPS en el collar y se logró salvarlo. En este caso fueron los propios cazadores quienes sacaron al can del agujero sin más ayuda, pero no siempre ocurre así. Anteriormente, unos cuantos meses antes, se vivió un suceso similar en el monte Llosorio, una zona muy concurrida por montañeros. En aquella ocasión, y debido a la complejidad del terreno, se hizo necesaria la presencia del grupo de rescate de montaña (Greim) de la Guardia Civil y de la brigada de salvamento minero de Hunosa en el pozo Nicolasa para que animal pudiese volver con su dueño tras pasar varios días dentro de la chimenea. De momento, la sociedad de cazadores registra las coordenadas geográficas de cada chimenea para tratar de evitarlas, aunque esa no es la solución.

Hace un año Hunosa asumió la necesidad de tapar estos pozos. Los cazadores afirman que no se ha hecho nada y que esta actuación no puede seguir posponiéndose. Los agujeros encontrados hasta ahora se encuentran en lugares frondosos y llenos de maleza, lo que hace aún más complicada su localización a simple vista. Los responsables del coto de Mieres presienten que es cuestión de tiempo que haya que lamentar accidentes de trascendencia: "Hasta ahora no nos han hecho mucho caso a pesar de su peligrosidad, deberían al menos estar señalizados y tienen nuestra total disposición para ayudar". Hunosa ya estuvo involucrada en el pasado con el intento de tapar estos agujeros, aunque sólo se centró en el valle de Turón y se desconoce hasta dónde llegó el alcance.