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Beni y Anna se refugian en Langreo

El Ayuntamiento cede una vivienda social al matrimonio que ha tenido que huir de Ucrania con dos niñas: “Queremos volver a nuestro país”

Beni Brito y su esposa, Anna Fernández, con las pequeñas Mia y María, reciben las llaves de su nueva casa de manos de la alcaldesa, Carmen Arbesú, y la concejala de Vivienda, Sara Blanca Fernández. | LNE

Beni Brito nunca pensó que llegaría a ser un refugiado de guerra ni que tendría que pedir ayuda para él y su familia, pero “ye lo que hay”, resume este langreano que ha tenido que huir de Ucrania con su esposa, Anna Fernández, su hija Mía, de cuatro años y la pequeña María, también de cuatro años, hija de su suegro, que está ahora en el ejército defendiendo su país.

No querían irse de la tierra de Anna pero no les quedó otra, las bombas se acercaron demasiado. El ejército ruso bombardeó el aeropuerto de Vinnytsia, a tan solo 7 kilómetros de la casa de la familia. Al día siguiente hicieron las maletas y tomaron rumbo a La Felguera. El viaje no fue fácil, tuvieron que atravesar Moldavia, Rumanía y volar hasta España, con en pasaporte de Brito caducado y las tarjetas de crédito ucranianas bloqueadas fuera del país.

Ayer la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, y la concejala de Vivienda, Sara Blanca Fernández, les entregaron las llaves de una vivienda social. “Estábamos en casa de mis padres, nos apañamos como pudimos pero no había sitio, somos muchos”, explica Brito. El hombre se puso en contacto con Cruz Roja para intentar buscar una solución “pero me dijeron que podían alojar a mi mujer y a las niñas pero no a mi porque era de aquí”. La solución no le convenció. “No nos separó una guerra y no nos vamos a separar en mi pueblo”, dice. No culpa para nada a Cruz Roja, que le ofrecieron otro tipo de ayuda, pero decidió que esa no era una buena solución para la familia así que se puso en contacto con el Ayuntamiento “y todo fue sobre ruedas, se portaron genial, en especial Eduardo García, del departamento de Vivienda, que ha estado pendiente de nosotros todo el rato”. El Ayuntamiento les ha cedido temporalmente un piso que estaba destinado precisamente para eso, por si llegaba a Langreo alguna familia de refugiados ucranianos. Al final, casualidades de la vida, la ha ocupado un langreano que ha tenido que huir de la guerra.

Pendientes también han estado los vecinos de La Felguera, especialmente de las pequeñas, “nos ofrecieron ropa para las crías, juguetes, de todo”, agradece el langreano.

La familia estaba ayer a la espera tan solo de que diesen de alta la luz para poder trasladarse hoy a su nueva casa en Langreo. Están “muy agradecidos al Ayuntamiento” pero tanto Beni con Anna tienen la esperanza de no tener que estar mucho tiempo en esa vivienda social. Lo que quieren es regresar a Ucrania, “aunque por ahora la cosa está muy complicada”. Por el momento han puesto en regla toda la documentación para que las niñas puedan empezar al colegio el próximo curso. “Lo ideal sería que lo hiciesen en su país, en Ucrania, pero como no lo tenemos nada claro, vamos a hacer ahora la inscripción en Langreo”.

Al fin y al cabo, pese a tener que huir de las bombas con su familia, Beni Brito se siente afortunado. “Yo tenía un sitio al que volver, tenía mi pueblo que sabía que iba a responder, pero mucha gente se ha tenido que ir sin nada”, lamenta.

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