La escritora asturiana Concha López Sarasúa es una ingeniera de palabras y sentimientos: sus libros siempre tienden puentes entre culturas por los que circulen (libremente y sin ningún tipo de dogmatismo ni cerrazón) las relaciones entre seres humanos, sean cuales sean sus orígenes y circunstancias. Esa preocupación pertinaz y extraordinariamente coherente se cristaliza en el papel de ¿Por qué tengo que emigrar?, una novela juvenil que pone los puntos sobre las íes de un problema más acuciante que nunca. El punto de partida es, sin duda, novedoso dentro de la literatura que aborda estos problemas: se trata de mostrar el punto de vista de quien opta permanecer en su tierra, sin afrontar el desafío de abandonar sus raíces.

El protagonismo recae sobre una niña marroquí de 13 años, una persona que no entiende por qué debe abandonar su vida, su entorno y sus seres queridos, incluido el muchacho por el que bebe los vientos, para emigrar a Europa. Hafida, que así se llama la niña rebelde, se encuentra atrapada en un callejón sin salida porque todos en su casa están deseando irse en busca de la tierra prometida, aunque allí les espera una pesadilla. Hafida se empeña en encontrar una manera de quedarse y recurre a la ayuda de la Guardiana de las Tradiciones y de Tahar, el hechicero que trabaja en el zoco vendiendo ungüentos y hierbas aromáticas para curar todos los males.

Al margen de las virtudes literarias de la novela, ésta tiene el interés añadido de ir acompañada de una guía didáctica realizada por las profesoras, Ana Cristina Baidal, del IES Virgen del Remedio de Alicante (donde reside la autora asturiana), y María Dolores Fernández, del Instituto Juan Ramón Jiménez, de Casablanca (Marruecos). El manual propone a los lectores adolescentes llevar a cabo diversos ejercicios acerca de las fiestas tradicionales marroquíes, preguntas sobre la emigración, los amuletos, ungüentos y bazares, el Hammam y maquillaje, las bodas musulmanas, la mujer en el mundo árabe o Ibn Battuta, el viajero del Islam. Una doble vía, pues, para que los lectores jóvenes den un paso importante en el acercamiento entre culturas, a través del conocimiento de aquello que tememos por desconocido.

Concha López Sarasúa vivió más de 20 años en Marruecos, así que sabe muy bien de lo que escribe, y cada una de sus palabras lo demuestra. Su obra está impregnada de amor por dos culturas sin las que no se podría entender su vida, con títulos como A vuelo de pájaros sobre Marruecos y La llamada del almohedano.