El pintor gijonés Aurelio Suárez habría cumplido este año un siglo de vida. Asturias celebra el centenario de su nacimiento con la programación de cuatro exposiciones que fueron presentadas ayer en el Museo de Bellas Artes de Asturias por Gonzalo Suárez, hijo del pintor, y por el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces. Fue Gonzalo Suárez el encargado de ofrecer los detalles de cada una de las muestras. También aprovechó para hacer público su deseo de ceder al Museo de Bellas Artes los objetos personales del pintor. «Estoy dispuesto a que el museo pueda tener un espacio claro y definido sobre mi padre». Añadió que éste era un buen momento para sopesar esa decisión: «Ahora soy yo quien tiene todo el control, pero cuando yo falte puede desaparecer porque alguien decida no darle importancia y tirarlos al contenedor». Antes que eso ocurra Suárez quiere dejar las pertenencias del pintor a buen recaudo. «Tiene que estar en un sitio donde no se vayan a perder, y no hay ninguno mejor que el museo». Por eso pidió que la propuesta se tenga en cuenta para cuando finalicen las obras.

Para el hijo de Aurelio Suárez, el punto fuerte de su padre fue «la inmensísima imaginación». Emilio Marcos Vallaure, director del museo, fue más allá para incluirlo en el mundo de las vanguardias, estilo en el que el pintor profundizó hasta conseguir un lenguaje propio y singular, lo que hizo con una técnica exquisita. «Esa conjunción de técnica y lenguaje es lo que lo convierte en un artista excepcional», manifestó Marcos Vallaure.

El Museo de Bellas Artes acogerá una de las cuatro exposiciones ya programadas para el año «aureliano», tal como lo denominó la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez. Se inaugurará en octubre y complementará los 35 cuadros del pintor que posee el museo con algunas de sus cosas personales: flautas, útiles de solfeo, pipas, paletas, botes de pintura, botes de pinceles... «Con todo ello entraremos en su mundo íntimo».

Las dos primeras exposiciones del centenario serán casi simultáneas. La primera se inaugura el 13 de julio en el Museo Antón de Candás, con una selección de esculturas. Se incluirá una figura de madera muy típica en sus cuadros, «muy aureliana», y también habrá cerámica, hierros, muebles y todo aquello que tiene volumen. «Son muestras tan importantes como la anterior, porque los pintores no suelen exponer su mundo íntimo, que creo es interesante para profundizar en su obra», señaló Gonzalo Suárez.

Para el 16 de julio está prevista la que se presentará en la galería Cornión de Gijón, donde, además de algunas novedades, habrá un resumen de todo lo realizado desde la muerte del pintor. En noviembre se inaugurará la cuarta en la Biblioteca Jovellanos, formada por libros decorados por él, marcadores, separadores... Gonzalo Suárez también avanzó la posibilidad de que al final se pueda presentar una macroexposición.

Areces habló del artista. «Uno de nuestros pintores más prolíficos, que adoptó pronto una postura apartada de las academias oficiales, manifestándose orgullosamente autodidacta y mostrándose libre e independiente». Tras destacar el trabajo de Gonzalo Suárez y su implicación para sacar adelante las exposiciones, calificó la obra del fallecido de «conmovedora y emocionante». Añadió que la celebración del centenario «es una oportunidad única para que todos disfrutemos de una obra siempre sorprendente».