Manolo D. Abad

Posee la serie negra la gran capacidad de admitir múltiples formas de narrar y la de asimilarse como un mutante de una película de ciencia-ficción a estilos que, hace sólo unas décadas, hubieran podido ser descartados. Es ahí donde reside uno de los encantos de este libro de relatos que reúne a una docena de autores de muy variada procedencia que plasman -también con variopintas visiones- las historias de asesinatos reales acaecidos en la Ciudad Condal.

A partir de la idea de Jordi Corominas i Julián de trazar una peculiar cartografía de la historia criminal barcelonesa, termina por plasmarse junto a la editora Ana S. Pareja en el presente volumen, que se quiere segunda entrega de una trilogía fantasma abierta por Odio Barcelona (Melusina, 2008). La heterodoxia tanto en los autores elegidos como en su propia forma de abordar el noir supone uno de los aciertos que invita a sumergirse en las narraciones de un elenco que reúne desde especialistas tan destacables y renombrados como Raúl Argemí, a autores de contrastada trayectoria (Javier Calvo, Manuel Vilas, Francesc Serés), escritores con trayectoria rockera (el ex componente de «Loquillo y Los Trogloditas» y letrista de muchas de sus más famosas canciones Sabino Méndez, el líder del grupo indie Sr. Chinarro Antonio Luque) o narradores con mucha proyección (Sebastià Jovani, la reciente premio Joseph Pla Lluçía Ramis, Gabriela Wiener, Elena Medel), además de noveles como el mencionado Luque o Darío Hernando y Mara Faye Lethem.

Las posibilidades y el indudable atractivo que posee la serie negra explotan en este volumen de unas narraciones que saben transportarnos tanto a los recodos más insólitos de la mente criminal como al aterrador espanto que pueden llegar a producir. Y, a pesar de la diversidad de enfoques (del fantástico de Manuel Vilas al incisivo realismo de Gabriela Wiener, pasando por la estilización más negra del maestro Argemí), o precisamente por eso mismo, este conjunto de narraciones resulta tan atractivo. Quizás, incluso, por dotar a Barcelona de un argumento más para ser uno de los escenarios noir por excelencia, o como escribe en su relato Francesc Serés «vivir en Barcelona, crónica de gente que callejea perdida y que acuerda no contarse ese secreto a voces».